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la verdadera identidad de pedro calleja

Millennium 3

Millennium 3

El pasado viernes, 5 de marzo de 2010, publiqué este textito informativo sobre Millennium 3: La Reina en el palacio de las corrientes de aire en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo. La película me parece un telefilm sin interés. Últimamente, todas las películas que veo me parecen telefilmes sin interés.

Lisbeth Lasander regresa a las pantallas grandes. La hacker lésbica con look de punkette de pasarela (y presunta triple asesina sin escrúpulos) más buscada y rebuscada de la ficción criminalista escandinava de los últimos años, vuelve a las salas de estreno para cumplir su venganza. Este curioso personaje, encarnado en el cine por la actriz de origen español Noomi Rapace, se ha convertido por méritos propios y ajenos en un icono de la serie negra neomilenarista. Ella es la auténtica protagonista de las tres películas basadas en las tres novelas del difunto escritor sueco Stieg Larsson que conforman la saga original de Millennium.

La primera y la segunda de estas películas aterrizaron en nuestras carteleras en 2009. Ahora le toca el turno a la tercera y definitiva, Millennium 3: La Reina en el palacio de las corrientes de aire, que es la continuación directa de la anterior, Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. A diferencia del primer capítulo fílmico de la trilogía, Los hombres que no amaban a las mujeres, dirigido por Niels Arden Oplev, que se rodó con la intención de estrenarse directamente en los cines, tanto Millennium 2 como Millennium 3 formaban parte, en un principio, de un proyecto común destinado a la explotación televisiva. Por eso, ambos films comparten estética audiovisual, tono dramático y ritmo narrativo, además de contar con el mismo realizador: Daniel Alfredson.

Alfredson, que es hermano de Tomas Alfredson, el aclamado director del thriller vampírico Déjame entrar, estuvo al frente del equipo de segunda unidad en Los hombres que no amaban a las mujeres antes de encargarse personalmente de las dos continuaciones oficiales. “Las rodamos del tirón —explica Daniel—. Una detrás de la otra. Con los mismos actores y técnicos. En las mismas localizaciones. En las secuelas, al igual que sucede en las novelas de Larsson, le damos un mayor protagonismo al personaje femenino de Lisbeth. Contamos SU historia secreta”.

La trama de Millennium 3 arranca justo en el punto álgido donde la dejó Millennium 2. La pirata informática Lisbeth Salander (Noomi Rapace) se encuentra malherida. Han tratado de enterrarla viva con una bala en la cabeza. Su némesis, el archivillano ruso Alexander Zalachenko (Georgy Staykov), tampoco está como para tirar cohetes. Los dos ingresan en el mismo hospital. Por suerte o por desgracia, la chica acaba en manos de la justicia. Cuando se recupere de sus múltiples traumatismos, tendrá que enfrentarse a un tribunal, acusada de varios asesinatos.

En medio de una tormenta mediática orquestada desde las altas esferas suecas por políticos y policías corruptos, el periodista Mikael Blomkvist (Michael Nyqvist) trata de encontrar pruebas que demuestren la inocencia de su amiga Lisbeth. Poco a poco, el oscuro pasado de la hacker sale a relucir, involucrando a un montón de personajes secundarios en un embrollo sociopolítico, sadomasoquista y consanguíneo de lo más morboso.

“La primera película contaba una historia autoconclusiva —afirma Alfredson—. Se investigaba un crimen que había sucedido en el pasado. Las secuelas, en cambio, desarrollan una historia actual, contemporánea. Tanto Lisbeth como Blomkvist están metidos en ella hasta el cuello. Son películas más crudas, más violentas, más comprometidas. Y también más directas. Pegan donde más duele”.

El reparto de esta tercera parte incluye a muchos actores y actrices que trabajaron en las anteriores entregas de la saga. El actor griego Michalis Koutsogiannakis retoma el papel de Dragan Armanskij, el exjefe y consejero íntimo y profesional de Lisbeth. Otro que repite papel es Johan Kylén, interpretando al íntegro inspector de policía judío Jan Bublanski. La actriz sueca Lena Endre encarna de nuevo a Erika Berger, editora de la revista Millennium (y amante de Blomkvist). El también sueco Anders Ahlbom se mete una vez más en la piel del Dr. Peter Teleborian, psiquiatra personal de Lisbeth durante su estancia en un centro para enfermos mentales. Annika Hallin sigue siendo Annika Gannini, hermana de Blomkvist y abogada de Lisbeth, y Tanja Lorentzon hace lo propio con la inspectora de policía Sonja Modig.

Entre los personajes nuevos que intervienen por primera vez en la trama 'millennaria' conviene destacar a Monica Figuerola, inspectora del Departamento de Protección Constitucional, interpretada por Mirja Turestedt, y Evert Gullber, exdirector de la Policía Secreta Sueca (la misteriosa Säpo), papel que saca adelante el propio padre del director de la película, Hans Alfredson.

“El auténtico desafío de esta tercera parte era que todo quedase bien explicado —señala el realizador—. Las novelas de Larsson están repletas de pequeños detalles. Algunos, muy significativos. No queríamos dejar nada fuera. Queríamos recrear con fidelidad toda la red de mentiras, montajes y abusos descrita en el texto. Lo que sucede alrededor de Lisbeth es tremendamente complejo. En la película se tocan temas que nos competen a todos, como ciudadanos y como seres humanos. El mensaje está claro: hay que luchar contra las injusticias”.

Las tres adaptaciones cinematográficas oficiales de los best-sellers novelescos de Larsson se rodaron en los meses de febrero, marzo, abril y mayo de 2008, con un presupuesto aproximado de 12 millones de euros. Millennium 3: La Reina en el palacio de las corrientes de aire se filmó en diversas localizaciones de Gotemburgo y Estocolmo. Del guión se encargaron Jonas Frykberg y Ulf Ryberg. La dirección de fotografía fue cosa de Peter Mokrosinski. El diseño de producción lleva la firma conjunta de Jan Olof Agren y Maria Haard.

“Para convertirme en Lisbeth —señala la actriz Noomie Rapace—, traté de disimular mi lado femenino y sensible detrás de una fachada dura y cabezota. Me preparé a fondo. Empecé a practicar artes marciales, adelgacé, me teñí y me corté el pelo, me vestí como un chico, me dejé hacer varios piercings... Luego, a medida que fui interpretando al personaje delante de las cámaras, también traté de humanizarlo un poco. En esta tercera parte de la saga, Lisbeth es más adulta, más interesante, más rica en matices”.

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