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la verdadera identidad de pedro calleja

Te amo... pero yo no

Te amo... pero yo no

Texto incluido en mi libro Películas clave del cine erótico (Robinbook / Ma Non Troppo, Barcelona, 2009)

Je t’aime moi non plus. Francia. Dir.: Serge Gainsbourg. Producción: Président Films, Renn Productions. Prods.: Jacques-Éric Strauss, Claude Berri. Guión: S. Gainsbourg. Fot.: Willy Kurant (Eastmancolor). Mús.: S. Gainsbourg. Mon.: Kenout Peltier. Duración: 90 minutos. Int.: Jane Birkin (Johnny), Joe Dallesandro (Krassky), Hughes Kester (Padovan), Reinhard Kolledehoff (Boris), Gérard Depardieu (Hombre a caballo), Jimmy Davis (Moïse).

[Serge Gainsbourg sorprendió a los admiradores de su música 'chic' dirigiendo una película transgresora y violenta, en la que el sexo anal se mezclaba con la basura sin reciclar.]

Sinopsis: Krassky y su novio Padovan conducen un camión que transporta basura. Una noche, por puro aburrimiento, Krassky seduce a Johnny, una chica escualida que trabaja de camarera en el bar de un viejo asqueroso. En un motel de carretera, Krassky y Johnny practican sexo anal: es la única forma que tiene él de mantener la erección.

El agujero negro
Siete años después de hacerse mundialmente famoso gracias al himno erótico pop, multimillonario en ventas, Je t’aime moi non plus, interpretado a dúo con su entonces flamante esposa adolescente, la inglesita Jane Birkin, el compositor, cantante, actor y bocazas de salón Serge Gainsbourg debutó como director de cine con esta película de culto más o menos reciente, que fue despreciada en su día tanto por la crítica como por el público. Ambientada en un paraje rural subdesarrollado y semidesértico, toda la opera prima de Gainsbourg gira alrededor de, con perdón, un agujero del culo: el de la andrógina Johnny, interpretada con desarmante temeridad física y psíquica por Jane Birkin. El ano de Johnny es lo único que estimula el deseo sexual de Krassky, el camionero gay al que presta su imponente físico de semental crecido en la calle Joe Dallesandro, icono erótico del mejor cine underground neoyorquino de finales de los sesenta. Los encuentros íntimos entre Johnny y Krassky, frustrantes en su gran mayoría, están filmados con una franqueza poco habitual en este tipo de escenas, sin florituras de ningún tipo, mezclando sudor y lágrimas, sangre y semen, gritos de dolor y silencios demoledores. La omnipresencia de elementos escatológicos a lo largo y ancho del metraje acentúa aún más la importancia simbólica del ano y de lo anal en las vidas de todos los personajes principales y secundarios. Krassky y su novio Padovan adoran la mierda y los desperdicios, se ganan los cuartos trajinando entre montañas de basura. El dueño del bar donde trabaja Johnny sufre de flatulencia crónica. Los tres protagonistas mean delante de la cámara más de una vez. Y en una de las secuencias más sensuales de la película, Johnny se masturba abrazada a una muñeca de trapo rescatada del estercolero. Lo curioso del caso es que, a pesar de tanto fluido corporal y tanta hez acumulada, Gainsbourg logra poner en pie una bonita, desgarradora y trágica historia de amor, que culmina con un intento de asesinato por asfixia directamente provocado por los celos ocasionados por un glorioso orgasmo simultáneo. “Puede que mi marido sea un enfermo”, afirmó en una ocasión Jane Birkin. “Pero la suya es una enfermedad infinitamente más interesante que la salud de los demás”.

1 comentario

c -

“Puede que mi marido sea un enfermo”, afirmó en una ocasión Jane Birkin. “Pero la suya es una enfermedad infinitamente más interesante que la salud de los demás”.

Interesante si...pero al final interesante vista de lejos...