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la verdadera identidad de pedro calleja

Holly One: Pequeño Gran Hombre en Versión X

Holly One: Pequeño Gran Hombre en Versión X

El pasado viernes 8 de septiembre, después de pasar una semana hospitalizado por problemas respiratorios, falleció, a los 41 años de edad, en Barcelona, a causa de un paro cardiaco, el actor porno y estrella del cabaret Holly One. Figura emblemática, durante las últimas dos décadas, del canalleo noctámbulo ibicenco y barcelonés, Holly ha provocado, con su inesperada desaparición, una gran conmoción en el mundillo del entretenimiento erótico para adultos.

Numerosas personalidades de la industria del porno, colegas de profesión, artistas de vanguardia, intelectuales de ideología ‘trash’ y miles de fans anónimos llevan varios días expresando, a través de los medios de comunicación más diversos, su profundo pesar por la desaparición de un personaje único en su género, carismático a rabiar, pero del que, paradójicamente, apenas se conocen datos fidedignos sobre su vida privada.

Simpático, dicharachero y sin complejos, Holly One siempre supo mantener al margen del escrutinio público sus intimidades. Haciendo buen uso de su metro veinte de estatura, sus ojos saltones, sus manitas de niño, su voz de pito y su acento de Torrebruno, logró construirse un disfraz perfecto, a prueba de chismosos. “Era muy discreto, a pesar de lo mucho que le gustaba hablar —asegura el realizador Jose María Ponce, pionero del porno en nuestro país—. Nunca llegué a saber exactamente si era italiano, suizo o austríaco”.

Los datos que figuran en el pasaporte de Holly One indican que su nombre verdadero era Oliviero Migliore, y que nació en Zurich, Suiza, el 12 de abril de 1965. Él, sin embargo, insistía en ser considerado italiano de nacimiento, quizás por haberse criado en Milán. Allí fue donde consiguió sus primeros trabajos remunerados: primero, como camarero, y luego, aprovechando su físico poco convencional, como figurante especial para anuncios publicitarios.

“Yo debía tener unos 18 años cuando empecé a trabajar de ‘gogó’ en discotecas italianas y europeas —me contó el propio Holly en una de nuestras primeras entrevistas—. A España llegué a mediados de los 80. Una amiga me regaló un viaje a Ibiza por mi cumpleaños. Me encantó la isla y decidí quedarme. Era la época dorada de Ibiza. Había famosos de Hollywood por todas partes. Roman Polanski me consiguió un trabajo de ‘gogó’ en la discoteca Ku. Luego, también fui relaciones públicas y animador de fiestas en Pachá y Amnesia. A principios de los 90, el dueño de Amnesia me ofreció un trabajo en Barcelona, en la discoteca Fibra Óptica. Y aquí me quedé. He trabajado en Otto Zutz, la Atlándida de Sitges, Versalles, Chevalier, Bisou…”.

Más o menos por esta época, Holly conoció a la que se convertiría en su hada madrina: Juani de Lucía, dueña de la mítica sala Bagdad, situada en la confluencia de la calle Nou de la Rambla con la avenida del Paral-lel. El Bagdad, que abrió sus puertas en 1976, fue el primer club de sexo en vivo de España. Por su escenario han pasado ‘strippers’, transformistas y ‘freaks’ sexuales legendarios. Allí se han formado algunas de las estrellas del porno nacional con proyección internacional, como Nacho Vidal, Toni Rivas o Sophie Evans. Aún hoy, conserva su indeleble estatus de viejo templo del sexo europeo.

“Nos conocimos en una peluquería —me explicabva Holly en aquella misma entrevista—. Yo me estaba poniendo rastas. Ella entró, nos miramos y surgió el flechazo. Me enamoré al instante de esa mujer maravillosa y simpatiquísima. Enseguida nos hicimos amigos”.

A mediados de los noventa, Holly One ya se había convertido en uno de los principales reclamos del Bagdad. Dos números suyos se hicieron especialmente famosos: el del consolador humano y el de Estrella, la gorda. “La primera vez que vi a Holly sobre un escenario fue en la fiesta del XX aniversario de la sala Bagdad, en 1996, con Cicciolina como estrella invitada —rememora María Bianco, exactriz y ex productora porno, musa de toda una generación de pornófilos españoles y foráneos—. Hacía su famoso número erótico con Estrella, una chica espectacular que pesaba casi 150 kilos. Holly se perdía, literalmente, entre sus carnes. Se encajaba entre las dos tetas, simulaba que se metía dentro de la vagina y desaparecía. Era extrañísimo, pero muy divertido”.

También Pepe Navarro se quedó estupefacto con el número de Holly con Estrella. Tanto, que decidió invitarlo a Esta noche cruzamos el Mississippi. De la noche a la mañana, el pequeño contorsionista sexual del Bagdad se transformó en un famosete de la televisión basura, junto a La Veneno y otros ‘freaks’ similares. Entre sus declaraciones catódicas más recordadas figuran perlas como: “Me he acostado con más de 1.000 mujeres” y “Tengo unos genitales que pesan tres kilos”.

Holly hizo el amor con cinco mujeres distintas en su primera incursión en el cine porno, que se tituló Pequeñito pero matón (Santiago Ventura, 1996). A lo largo de los años, llegaría a trabajar junto a muchas de las grandes estrellas del género, como Rocco Siffredi, Nacho Vidal, Luca Damiano o Joe D’Amato. Su escena de sexo improvisado junto a la actriz británica Kelly, en Violadas en Barcelona por Rocco y Nacho (Rocco Siffredi, 2000), forma parte de la historia reciente del ‘gonzo’ (la rama más agresiva del porno contemporáneo).

“Lo mejor de Holly One está en sus películas —opina el escritor y periodista cinematográfico Jordi Costa, fan declarado del actor y autor de una de sus mejores entrevistas, publicada en las páginas del ‘fanzine’ Mondo Brutto hace un par de años—. Cuando Holly aparecía en una escena de sexo, nunca sabías qué podía pasar. Era el elemento perturbador, la anomalía simpática del porno español”.

El realizador Narcís Bosch trabajó con Holly en muchas de sus mejores películas. El premio más importante que recibió Holly en vida, la Ninfa al Mejor Actor de Reparto del VIIII Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona, lo recibió por su labor en Bulls & Milk, de Bosch, al lado de la actriz Alba del Monte. “Para mí, Holly llegó a ser una especie de talismán —asegura el director—.Procuré meterle en todas mis películas. Unas veces ‘follaba’ y otras no. Por desgracia, tuve que dejar de ofrecerle escenas de sexo explícito. En algunos países, como Francia o Estados Unidos, están mal vistas las escenas de sexo en las que participan personas, digamos, ‘especiales’. Es una lástima”.

En sus entrevistas más recientes, a Holly le gustaba hablar de sus ‘otros’ trabajos interpretativos: los publicitarios (Heineken, Flex, Águila, Visa Electrón, Canal Satélite Digital) y los cinematográficos (Don Jaume el Conqueridor, Cactus, Faust…. o Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar, donde hizo de figurante). Retirado del porno desde hacía un año, pasó sus últimos meses de vida trabajando de relaciones públicas del Bagdad, disfrazado de ‘segurata’ cachondo.

Artículo publicado en el diario El Mundo, el domingo 17 de septiembre de 2006.

2 comentarios

sera -

Si alguien sabe donde repsan sus restos mortales, que lo publique para llevarle flores.
Proponer su beatificación, seria pasarse, pero que narices Ipso Facto Sanctorum.

pichi dosantos -

gran artículo. gran hombre. gran estrella. un mito del porno portátil.