The Girlfriend Experience
Hoy, viernes 6 de agosto, publico estos textitos informativos en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo. La película es más interesante de lo que parece. Y está maravillosamente bien grabada.
La anterior película de Steven Soderbergh, El soplón (The informant), protagonizada por Matt Damon, costó 21 millones de dólares. La que ahora aterriza en nuestras pantallas, The Girlfriend Experience, rodada inmediatamente después y protagonizada por una actriz porno, apenas si ha alcanzado el millón y medio de dólares de presupuesto.
Al director de sexo, mentiras y cintas de vídeo, Traffic y Erin Brockovich, entre otros títulos memorables de las últimas dos décadas, siempre le ha gustado simultanear los proyectos, digamos, de serie A, con los de serie B o incluso Z. Es un realizador imprevisible, que lo mismo graba en vídeo que en celuloide, con grandes estrellas o con auténticos desconocidos, adaptando historias comerciales o apostando a cara descubierta por el arte y ensayo.
Filmada en poco más de dos semanas, en localizaciones situadas en Las Vegas y Nueva York, The Girlfriend Experience combina la exquisitez formal con el contenido abrupto. Su protagonista, Christine Brown (interpretada por la starlette de cine X ’gonzo’ Sasha Grey), más conocida por sus clientes como Chelsea, se dedica al oficio más antiguo del mundo, la prostitución, pero en su gama más alta y refinada. Es una genuina ’scort girl’, de las de a 10.000 dólares la noche.
Soderbergh, a partir de un guión escrito por sus colaboradores Brian Koppelman y David Levien, se dedica a seguirle la pista a su musa durante 77 minutos. En todo este tiempo, vemos a Chelsea interactuando con hombres de distinta edad y condición en restaurantes, habitaciones de hotel y otros lugares de cita y encuentro. Todos ellos son profesionales con sueldazo y muchas, muchas preocupaciones financieras. También sale un novio que trabaja como monitor en un gimnasio, un sinvergüenza que se dedica a escribir sobre ’scort girls’ a cambio de favores sexuales y una amiga de confianza.
Más que de sexo, de lo que se habla, y a fondo, en The Girlfriend Experience es de transacciones, de dinero, de intercambio de valores. La acción está ambientada en los días previos a las últimas elecciones presidenciales estadounidenses. Se respira ambiente de crisis, de cambio, de incertidumbre. Soderbergh encuadra y monta sus imágenes con un estilo que no deja indiferente, empaquetando el veneno del mensaje con un precioso envoltorio audivisual. Sasha Grey, la protagonista, actúa con pasmosa naturalidad: resulta creíble de principio a fin.
¿QUIEN ES SASHA GREY? Sasha Grey lleva cinco años marcando tendencia en la escena X. Ahora mismo, es una de las figuras más mediáticas e influyentes del porno ’made in USA’. Y eso, a pesar de que su físico no se ajusta en absoluto a los cánones del género. Bajita, cabezona y con los pechos pequeños, se ha especializado en escenas de sexo extremo, brutales. Puro ’gonzo’ (subgénero porno contado en primera persona y sexualmente hiperrealista). Por otra parte, concede estupendas entrevistas manejando referencias culturales muy variadas: de Burroughs a Anaïs Nin, pasando por Godard, Pasolini y Hunter S. Thompson.
El nombre verdadero de Sasha Grey es Marina Ann Hantzis. Nació en North Highlands, un pueblucho de Sacramento, en el estado de California, el 14 de marzo de 1988. Un mes después de cumplir los dieciocho años, se mudó a Los Angeles con la única intención de convertirse en actriz porno. Debutó en The Fashionistas: Safado, en una escena de orgía multitudinaria, pidiéndole a Rocco Siffredi que le diese un puñetazo en el estómago.
Antes de ponerse a las órdenes de Soderbergh, ya había colaborado con los Smashing Pumkins en el videoclip Superchrist. También puede escucharse su voz como artista invitada en canciones de Lee Perry y Current 93. Ella misma, en colaboración con el músico Pablo St. Francis, ha grabado un par de temas de electrónica experimental bajo el nombre artístico de aTelecine. Fotógrafos como Terry Richardson y Richard Kern la han utilizado como modelo. En el cine, ha intervenido también en una de terror, Smash Cut, de Lee Demarbre, y en una indie, Quit, de Dick Rude.
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