Sotanas de todas las tallas
Envío el mismo sms a tres amigos cinéfagos: “¿Cura de cine favorito?” Recibo respuestas distintas. El primero recuerda al Padre Karras (Jason Miller) de El exorcista, sumido en una crisis de fe galopante; el segundo propone al Padre Berriatúa (Alex Angulo), el jesuíta pequeñito de El día de la Bestia, que busca al Anticristo a los pies de las Torres Kío; el tercero se hace el gracioso apostando por Neo (Keanu Reeves), el hacker mesiánico de Matrix y sus secuelas. Mi novia (ahora, ex), que lee este texto mientras lo escribo, señala un dato a tener en cuenta: “En el 90 por ciento de las películas españolas con más de tres actores en el reparto, aparece un cura”. No le falta razón. Hagan una sencilla prueba mental: imaginen a cualquier intérprete nacional disfrazado de cura. ¿A que les suena? Prácticamente todos han pasado por la vicaría. Desde Fernando Fernán Gómez alucinando pepinillos misioneros en Balarrasa, al cantante Raphael, arrepintiéndose de su pasado canalla en El Ángel. ¿Que a cuáles me llevaría yo a una isla desierta? Fácil: al cura pirado (Albert Plá) que canta Soy rebelde a las putas en Airbag; al cura asesino (Jess Franco) que escribe novelas porno en El sádico de Notre-Dame, y al cura recalentado (Simón Andreu) que se acuesta con Esperanza Roy en El sacerdote. Tres excomulgados.
Texto publicado en el diario El Periódico de Catalunya, en marzo de 2004.
2 comentarios
Tyrexito -
-No he leído el guión, pero yo hago muy bien los curitas; porque habrá un curita, ¿no?
El Vaugan -
Saludos VideoArenileS.