Isabel Sarli: La Diosa Neumática. ¡Coca para todos!
La leyenda cuenta que, durante los primeros años 60, muchos acomodadores argentinos colgaban a la puerta de los cines carteles como éste: "Isabelita se baña a las 16.30, 18.30 y 20.30 horas". De esta manera, los espectadores que quisieran abandonar la sala e irse a tomar algo al café de la esquina, sabían en qué momento de la tardenoche debían regresar a sus butacas para contemplar, en todo su esplendor cinematográfico, el cuerpazo desnudo de Isabel Sarli. Ese mismo cuerpazo que el periodista Mario Ferrari Brown describió años después con tres adjetivos inolvidables: "suculento, rebotón y dionisíaco".
Isabel Sarli fue el primer mito erótico del cine argentino que consiguió romper tabúes y cruzar fronteras. Su desnudo integral en "El trueno entre las hojas" (1957) pilló a todo el mundo por sorpresa, incluída ella misma. Convertida en la musa exclusiva del cineasta Armando Bo, llegó a rodar cerca de una treintena de películas de bajo presupuesto, repletas de localizaciones exóticas, truculencia argumental y erotismo unplugged. En el apogeo de su fama de serie B, paseó el palmito por medio mundo y se dejó querer por millones de fans. Alejada del prototito sexy instaurado por otras starlettes de la época, mucho más desvergonzadas y artificiales, ella siempre dio la impresión de dedicarse a la sexploitation por pura casualidad. Al igual que los personajes que interpretaba, no parecía darse cuenta del revuelo que causaban sus ceñidas curvas alrededor suyo. Ponía cara de maruja inocente hasta en las situaciones más extremas. De ahí su especial encanto.
La belleza de Isabel Sarli en la pantalla se basa en una contradictoria y potentísima naturalidad: por un lado, tiene un cuerpo exuberante, estatuario, maduro, moreno, satinado e imposible de disimular; por el otro, una expresión facial entre indiferente, dulce, resignada, ausente y hasta inconsciente, de siesta de verano. La combinación de una cosa con la otra da como resultado una criatura única en su género, capaz de alborotar hormonas y, al mismo tiempo, despertar buenos sentimientos. Para entendernos: uno no sabe si follársela a lo Amanaun, rompiendo los muebles y prendiendo fuego al monte, o quedarse plácidamente dormido entre sus tetas con el dedo índice metido en la boca. Ponerse burro o ponerse peluche, esa es la cuestión.
MISS CARNE DE PRIMERA. Hilda Isabel Gorrindo Sarli, ’la Coca’ para sus familiares, amigos y admiradores, nació en Concordia, en la provincia de Entre Ríos, Argentina, el 9 de julio de 1935 (o de 1930, según fuentes menos fidedignas). Creció en un ambiente humilde, al lado de su madre y lejos de su padre, que las abandonó a ambas cuando ella acababa de cumplir los tres años. De pequeña, Isabel era tan pobre que soñaba con habitaciones empapeladas de fiambre. Alcanzada la mayoría de edad, trabajó como secretaria y modelo ocasional antes de obtener el título de Miss Argentina en 1955 y quedar semifinalista en el concurso de Miss Universo. Fue entonces cuando conoció a Armando Bo, actor, productor y director de cine, casado y con hijos, quien la convenció para que debutase como actriz en "El trueno entre las hojas" (1957), una película que marcó época por incluir el primer desnudo integral de la historia del cine argentino. Para rodarlo, Bo engañó a ’la Coca’ cambiando el objetivo de la cámara y filmándola desde lejos bañándose en un río.
Una vez perdida la virginidad cinematográfica con este taquillazo que la catapultó al estrellato, Isabel inició una intensa relación sentimental y profesional con Armando. Juntos, trabajaron en más de dos docenas de películas a lo largo de casi un cuarto de siglo, obteniendo éxitos dentro y fuera de su país. Según se ha empezado a saber en los últimos años, la implicación de ’la Coca’ en los filmes de Bo fue mucho mayor de lo que se pensó en su día: además de actuar y desnudarse ante la cámara, se encargaba de muchos aspectos de la producción ejecutiva y de las relaciones comerciales con los distribuidores norteamericanos (ella hablaba inglés y él no).
ARDE, COCA, ARDE. Curiosamente, los títulos que han asentado el poderío retropop de Isabel Sarli en las últimas décadas, al menos en España, son "La mujer de mi padre" (1967), "Carne" (1968), "Fuego" (1968) y "Fiebre" (1970). Teniendo en cuenta los datos biográficos expuestos más arriba, ’la Coca’ que sale aquí tiene entre 32 y 35 años, aunque los personajes que interpreta parezcan más jóvenes. Resulta excitante comprobar, una y otra vez, cómo el cuerpo desnudo de las cuatro protagonistas de estas películas —la adultera, la violada, la ninfómana y la equinófila, respectivamente— sigue deslumbrando, descolocando y desinhibiendo sin remedio. Sucede lo mismo con el de las prostitutas de "Desnuda en la arena" (1968), "Tentaçao nuda/Extasis tropical" (1969), "Intimidades de una cualquiera" (1971) y la tardía "Una mariposa en la noche" (1976). ¿Cómo se explica semejante perdurabilidad física? ¿Ardiente madurez? ¿Parentescos divinos? ¿Buena alimentación? ¿Vitaminas?
Para obtener una visión de conjunto más completa sobre el fenómeno Sarli convendría también rescatar del olvido el impresionante look Silvana Mangano que exhibía en "Sabaleros" (1958), y echarle un vistazo largo a su participación en tres pseudothrillers de acción sexual muy poco vistos: "Lujuria tropical" (1962), "La diosa impura" (1963) y "Los días calientes" (1965), donde ’la Coca’ no se cortaba un pelo a la hora de sacar a la lagarta que lleva dentro. Tampoco estaría mal entregarse a los excesos exóticos de "India" (1959), los desbarres fantásticos de "Muher pecado/Embrujada" (1969) y los estallidos de violencia de "Furia infernal" (1972): tres psicotronías que merecerían una buena edición en dvd. Aunque lo que a ella le haría ilusión es que nos fijásemos en "La burrerita de Ypacarai" (1961), que es su película favorita, y en otras comedias picaronas como "La mujer del intendente de Ombú Quemado" (1966) y sus dos secuelas.
MITO REGENERACIONAL. Hoy, a sus 67 años, Isabel Sarli está considerada por la gran mayoría de los argentinos como una leyenda viva del cine popular. Después de sufrir el acoso de funcionarios, críticos y dictadores durante el tiempo que estuvo trabajando al lado de Armando Bo, ahora disfruta recibiendo el cariño del gran público, el respeto de los estamentos oficiales y la admiración de las nuevas generaciones. Sus películas se emiten por televisión, el Museo de Cine le ha dedicado una sala y centenares de travestis la imitan cada noche en clubes y garitos de ambiente. Hace diez años, cuando un tumor cerebral estuvo a punto de costarle la vida, toda Argentina se echó a la calle para rezar, y el presidente Carlos Menem se encargó personalmente de que la atendieran los mejores médicos.
’La Coca’ se retiró de la escena artística en 1981, tras el fallecimiento de Armando. Algunos aseguran que aún guarda en una cajita la colilla del último cigarrillo que se fumó su gran amor. Rodeada de animales, hijos adoptivos, amigos y recuerdos, vive en una gran casa que adquirió en los años sesenta. En 1996, animada por Victor Bo, protagonizó "La Dama regresa", un largometraje más o menos experimental y biográfico, dirigido por el artista multimedia Jorge Polaco. En 1997, recibió un homenaje en Madrid, durante la celebración de la primera edición del festival de cine fantástico Imagfic. También ha sido agasajada en México y Francia. En 1999, se subió por vez primera a un escenario teatral para interpretar un papel escrito a medida en la revista musical "Tetanic". Obtuvo tanto éxito que, desde entonces, no paran de ofrecerle proyectos.
FILMOGRAFIA DE ISABEL SARLI
Películas dirigidas por Armando Bo:
1957 "El trueno entre las hojas"
1958 "Sabaleros"
1959 "India"
1959 "... Y Dios creó a los hombres"
1960 "Favela"
1961 "La burrerita de Ypacarai"
1962 "Lujuria tropical"
1963 "La diosa impura"
1963 "La leona"
1965 "La mujer del zapatero"
1965 "Los días calientes"
1965 "La tentación desnuda"
1966 "La mujer del intendente de Ombú Quemado"
1967 "La mujer de mi padre"
1968 "Carne"
1968 "Desnuda en la arena"
1968 ’Fuego"
1969 "Tentaçao nuda/Extasis tropical" (algunas fuentes citan como directores a Jose Da Costa Cordeiro y Egydio Eccio)
1969 "Muher pecado/Embrujada"
1970 "Fiebre"
1971 "Intimidades de una cualquiera"
1972 "Furia infernal"
1973 "El sexo y el amor"
1976 "Una mariposa en la noche"
1977 "Insaciable"
1978 "El último amor en Tierra del Fuego"
1980 "Una viuda descocada"
Películas dirigidas por otros directores:
1961 "Setenta veces siete" (Leopoldo Torre Nilsson)
Producción argentina rodada en la Patagonia. La Sarli encarna a Cora, una muchachita de pueblo que vive con un tipejo innoble (Jardel Filho) en un caserón construido en medio de ninguna parte. Hasta allí llega un delincuente perseguido por la policía y cargado de dinero sucio (Francisco Rabal). Los machos se ponen bravos entre sí por culpa de la pasta y de la chica, que está como un queso. Sube la temperatura y el realizador saca a relucir el estilazo que se convertirá pronto en su marca de fábrica. En Estados Unidos se tituló "The Female".
1975 "The Virgin Goddess/La diosa virgen" (Dirk De Villiers)
Producida y rodada en Sudáfrica. Sarli, Bo y su hijo Victor se implicaron en el proyecto por exigencias de la Columbia. ’La Coca’ es una mujer náufrago a la que los miembros de una tribu confunden con una diosa inmortal. El conflicto surge con la llegada de unos aventureros blancos ávidos de fortuna. El argumento está supuestamente inspirado por la novela "She", de H.Rider Haggard. El director es tan torpe que consigue sacar fea a la protagonista. Según dicen, Armando y él acabaron a puñetazos.
1996 "La Dama regresa" (Jorge Polaco)
Una gran estrella del mundo del espectáculo (Sarli) regresa a su tierra natal con la pila nostálgica puesta. Mucho flashback, mucha ensoñación, mucho escote y toneladas de kitsch postmoderno.
PEPITOS DE TERNERA
Dos escenas legendarias del cine argentino; dos momentos fuertes de "Carne" (1968); dos frases que han pasado a la historia por su alto contenido en proteínas metafóricas.
1) Humberto, el Macho, acosa a Delicia Sarli entre las medias reses colgadas de ganchos del matadero. En un arrebato de lujuria, arroja a la chica sobre un montón de medias reses apiladas en el suelo. Antes de abalanzarse sobre ella, pronuncia la mítica frase: "¡Así te quería tener! ¡Carne sobre carne!".
2) Algo más tarde, en el interior del camión frigorífico donde Delicia ha sido encerrada para que abusen de ella los colegas del Macho, la chica, desnuda y magullada, se queja ante el tercero o cuarto de sus abusadores: "¿Otra vez? ¿Es que ustedes no tienen madre?".
7 comentarios
edgar -
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filomeno -
El Hombre Confuso -
Me han gustado mucho los 3 artículos!!