LZN: Un tipo serio, de los hermanos Coen
Ya lo he dicho antes, pero repito que: LZN es La Zona Negativa. Bajo este epígrafe colgaré críticas cascarrabias de películas recientes. La crítica negativa me atrae. Creo que puede ser tan útil, o más, que la positiva. Cualquier película merece una crítica negativa. Yo voy a intentar cagarme en todas las películas que vea. Por puro ejercicio de estilo.
Hace muchos años, un famoso cineasta español me describió la reacción que tuvo David Trueba después de ver un episodio de la teleserie animada Ren y Stimpy. David sonrió y dijo: “Es interesante”. ¡ES INTERESANTE! En vez de darse de cabezazos contra la pared poseído por la risa floja, dijo: “Es interesante”. 'Interesante' es la palabra que utilizan los norteamericanos progres cuando no entienden algo genial. 'Interesante' es la palabra que utilizan los chicos amables cuando describen a una chica fea. Pensando en todo esto, desde aquí me atrevo a afirmar que a David Trueba seguro que le gusta el cine de los hermanos Coen, porque lo que los hermanos Coen hacen mejor que nadie es, precisamente, cine interesante. Con la gracia en el culo, vamos.
Un tipo serio pertenece al subgénero coenático de las comedias interesantes. Comparte características formales y comicidad bajo cero con Barton Fink, El gran salto, El gran Lebowski, ¿Dónde estás, hermano?, Crueldad intolerable, El quinteto de la muerte y Quémese después de leerse. Lo que diferencia al último film de los Coen de todos sus parientes subgenéricos es la descomunal contundencia maniática de su sentido de humor. Dicho de otro modo: esta película supone el colmo de lo coenático. Es lo coenático elevado al cubo. Entre otras cosas, porque ésta también es su película más judiíta (como dirían en un episodio navideño de South Park).
El protagonista masculino de Un tipo serio sufre el maltrato indiscriminado de todos los demás personajes de la función. Los Coen describen su calvario con una frialdad quirúrgica. Se supone que nosotros, los espectadores enteradillos, tendríamos que reirnos viéndole pasarlas canutas. Pero no. Qué va. Para nada. Aquí pasa lo mismo que en Muertos de risa o Crimen ferpecto, de Alex de la Iglesia: que las hostias duelen y repelen, no generan distensión desternillante.
Luego está el tema de Lo Judío. Los Coen son judíos y se ríen de Lo Judío. Los judíos listos se ríen siempre de Lo Judío. Se ríen tanto, y en tantas películas, que todo lo que describen al respecto los Coen en la suya me provoca una molesta sensación de déjà vu. Ya me lo han contado. Y sin pedanterías de intelectual pagado de sí mismo. Mientras veía Un tipo serio, imaginaba un guión de Woody Allen transformado en una performance de poesía gestual en el hall del CCCB. ¡Brrr, qué miedo!
Termino igual que empecé: contando otra anécdota oscura de la historia del cine español reciente. Hace muchos años, los mismos que en el primer párrafo, al término de una cena amiguetil, Daniel Monzón, el laureado director de Celda 211, contó un chiste sobre un medico que golpeaba repetidamente a un niño recién nacido contra la pared. Lo hizo con tanta pasión, describiendo con precisión maniática cada detalle gore de mal gusto, que a los comensales se nos congeló la sonrisa en la cara y en la salita de estar se hizo un silencio sepulcral. Los Coen resultan, haciendo comedia interesante, como Monzón contando chistes sangrientos: antipáticos.
3 comentarios
Jordan 6 -
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Jordan Trunner -
http://www.nikeairjordan.cc/jordan-trunner-q4-6/
Juan Andres Pedrero Santos -