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la verdadera identidad de pedro calleja

Sasha

Sasha

Este textito sobre Sasha Grey se ha publicado en Primera Línea, en el número de mayo de 2010, que acaba de ponerse a la venta. Será el último texto que publique en esta revista, que a partir de ahora ya no estará dirigida por mi amigo Guillermo Hernáiz.

Steven Soderbergh se convirtió en el niño prodigio del cine independiente norteamericano en 1989, con sexo, mentiras y cintas de vídeo, su opera prima como director. Once años más tarde, se ganó el respeto y la admiración de todo Hollywood con las plurioscarizadas Erin Brockovich y Traffic. Desde entonces, compagina los peliculones de presupuesto alto con caprichitos personales grabados en vídeo. Su nueva película, The Girlfriend Experience, pertenece a este último grupo. Ambientada en Manhattan, en pleno terremoto económico y electoral, recrea las peripecias de una escort o prostituta de lujo. El papel protagonista lo interpreta Sasha Grey, una superestrella del porno, detalle éste que ha llamado mucho la atención de los medios no especializados en moderneces y friquismos más o menos cool.

Soderbergh no es tonto, evidentemente. Cuando decidió ofrecerle el personaje principal de The Girlfriend Experience a Sasha Grey, no lo hizo movido por el morbo sensacionalista que suele acompañar  a cualquier chica mona que se dedique al metesaca remunerado. Sasha lleva cinco años marcando tendencia en la escena X made in USA. Ahora mismo, es una de las figuras más mediáticas e influyentes de la industria del entretenimiento para adultos. Y eso, a pesar de que su físico no se ajusta en absoluto a los cánones del género. De hecho, Sasha es un auténtico bicho raro. Bajita, cabezona y con los pechos pequeños, se ha especializado en escenas de sexo extremo, brutales. Puro gonzo sin aditivos. Además, y esto sí que es relevante, se le dan bien las entrevistas: habla bien, con seguridad, manejando referencias culturales muy variadas. Fuera de los platós, se codea con artistas pintones y ejerce de modelo ocasional para revistas y fotógrafos de vanguardia. De ahí a ser considerada musa alternativa de la modernidad hardcore de yanquilandia no media ni un paso.

El nombre verdadero de Sasha Grey es Marina Ann Hantzis. Nació en North Highlands, un pueblucho de Sacramento, en el estado de California, el 14 de marzo de 1988. Un mes después de cumplir los dieciocho años, se mudó a Los Angeles con la única intención de convertirse en actriz porno. “Fue una decisión meditada y responsable —afirma la actriz—. En el sitio donde crecí no tenía futuro. Tuve una infancia pobre y cutre. Por suerte, estudié cine, danza e interpretación durante un año antes de marcharme. Descubrí el cine de Godard, Pasolini, Von Trier; leí a Burroughs, Hunter S. Thompson, Anaïs Nin... Y también vi mucho porno y practiqué mucho sexo. Sexo duro. ¡Durísimo! Ahorré 7.000 dolares trabajando de camarera en un restaurante y los utilicé para instalarme en Hollywood”.

—Cuando hablas de sexo duro ¿a qué te refieres?
—Bueno, lo que suelo hacer en las películas, ya sabes: tortazos, escupitajos, tirones de pelo, anales, dobles penetraciones, juegos de dominación y sumisión... Tuve un novio en el pueblo, el cocinero del restaurante donde trabajé: él me inició en este tipo de sexo. En mi primera pelicula porno, The Fashionistas 2: Safado, de John Stagliano, lo primero que le dije al actor al que se la estaba mamando —que, por cierto, era Rocco Siffredi— fue que me pegase un puñetazo en el estómago.

—Pero eso ¿por qué lo haces? ¿Por provocar? ¿Por gusto?
—Es algo instintivo. Siempre he considerado al sexo como una forma de conocerme a mí misma. Quiero descubrir dónde están mis límites. Para mí, el sexo tiene que ser arriesgado, peligroso. Los tortazos y escupitajos sirven para estimular el sistema nervioso: endorfinas, adrenalina. De eso se trata. Siempre que lo que se haga esté consensuado, todo vale.

—¿Te has sentido alguna vez manipulada o vejada delante de las cámaras?
—Nunca. Jamás. Lo que hago en las películas, lo hago porque quiero, porque me apetece, porque disfruto haciéndolo.

—Algo habrá que no quieras hacer.
—La mierda no me va. Nunca he hecho nada que tenga que ver con la mierda. Tampoco me gusta que me quieran disfrazar de quinceañera, con trenzas y uniforme de colegiala y esas cosas. Paso. Ni los besos. Yo, en una película, quiero follar, no enamorarme. El porno que a mí me gusta es puro sexo, sin argumento, sin disfraces. Me gusta trabajar con gente sexualmente agresiva y natural. Los actores que se drogan para follar me dan asco, lo que supone un problema para mí, porque muchos lo hacen. Si te drogas, no hagas porno.

—Eres muy distinta fuera de los platós. Más dulce, más tranquilla, más divertida.
—En el porno soy una perra sucia y peligrosa. Me doy un poco de miedo, a veces. Soy yo, no interpreto un papel, eso que quede claro, aunque te pueda resultar extraño. El porno que yo hago es así. Por eso estoy en este negocio. El porno, cuanto más ridículo, desagradable, malhablado, ruidoso, exagerado y, al mismo tiempo, real, mejor.

Sasha Grey no es la primera actriz porno que se ha atrevido a dar el salto al cine convencional, pero quizás sea la que mejor lo ha asumido. Antes de ponerse a las órdenes de Soderbergh, ya había colaborado con los Smashing Pumkins en la sesión de fotos del disco Zeitgeist y el videoclip Superchrist, y con el grupo The Roots, en el clip Birthday Girl. También puede escucharse su voz como artista invitada en canciones de Lee Perry y Current 93. Ella misma, en colaboración con el músico Pablo St. Francis, ha grabado un vinilo para la discográfica neoyorquina Pendu Sound (el dúo se hace llamar ATelecine y practica una especie de electrónica experimental rarita). Fotógrafos como Terry Richardson y Richard Kern la han utilizado como modelo. En el cine, ha intervenido también en una de terror, Smash Cut, de Lee Demarbre, y en una indie, Quit, de Dick Rude.

—Si funciona The Girlfriend Experience ¿vas a pasarte al cine convencional?
—No. Voy a seguir haciendo porno unos cuantos años más. Es lo que me gusta. Es lo que sé hacer bien. Es mi profesión. Todo lo demás, el cine convencional, la música, la fotografía, es algo que va y viene. Me gusta, pero no le doy demasiada importancia. Mi cuerpo es mi arte, y esa es la herramienta que uso para ganar dinero.

—Cómo es el personaje que interpretas en The Girlfriend Experience.
—Es una prostituta de lujo. Una call-girl. Cobra 10.000 dólares la noche. Los clientes le pagan para que ella les trate como si fuese su novia. Les da una “experiencia de novia”, literalmente. No es sólo sexo. De hecho, ella sobre todo escucha lo que le cuentan sus clientes. Para preparar el papel, conocí a algunas chicas que se dedican a eso. Casi todo lo que sale en la película está basado en anécdotas reales, pero improvisamos mucho los diálogos. Al principio, Steven pensaba incluir escenas de sexo real, pero luego decidió que no eran necesarias.

—¿Por qué tú y no una actriz convencional?
—Supongo que por mi soltura al hablar de sexo delante de las cámaras.

—¿Te pareces en algo al personaje de la película?
—Para ella, lo más importante es el dinero. El sexo es un asunto secundario. Apenas piensa en ello. Yo no soy así. Para mí, el sexo es lo primero. Con mi actitud positiva en el porno quiero influenciar a las chicas jóvenes. Quiero que las mujeres se sientan bien con su propia sexualidad. La imagen de la mujer en el porno está muy deteriorada. A mí me gustaría cambiarla.

—¿Hay algún mensaje oculto en The Girlfriend Experience?
—Me gusta lo que dice Steven sobre el tema central de la película. Él opina que, en la vida, todo es transacción. No importa quién seas ni a qué te dediques, siempre te relacionas con los demás a través de transacciones. Que lo diga alguien que no trabaja en el porno, a mí me parece muy interesante.

foto de richard kern

3 comentarios

Geno -

Salu2

Lo de Guillermo ha sido una Canallada!!

kameros dj -

HOLA PEDRO,,,TENGO NUEVA BANDA....NOS LLAMAMOS..."747 ARTISTA OFICIAL" TODO JUNTO,,,,,ENTRA EN YOU TUBE...Y ESCUCHA. HAY UN TEMA SOLO,,,,PERO GRABADOS 6...MAS REMIX...YA TE MANDARE ALGO CUANDO ESTE EN CONDICIONES. GRACIAS FUERTE ABRAZO.

Le Bon -

Ahí, honesta... y además ajena a esos montes de Venus absolutamente virginales. Go, bush, go!

Junto a Lexi Belle y Nina Hartley de mis favoritas