A Serious Man
Hoy, viernes, publico este texto informativo sobre la última de los Coen en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo:
Los hermanos Coen, Joel y Ethan, llevan más de dos décadas escribiendo y dirigiendo películas juntos, en la más irreductible independencia creativa. Su sentido del humor es, por llamarlo de alguna manera, excéntrico. Muchas de sus comedias, de Arizona Baby a Quemar después de leer, pasando por Barton Fink, Fargo o El gran Lebowsky, son, en realidad, pequenas tragedias pasadísimas de rosca protagonizadas por personajes solitarios que sufren en silencio el acoso burlón de los demás.
Un tipo serio, el film que ahora se estrena en nuestras carteleras, se amolda perfectamente a la fórmula humorística patentada por esta pareja de directores, sólo que acentuando más si cabe el carácter autobiográfico del argumento, ya que la acción de la historia está ambientada en el barrio judío de St. Louis Park, en Minnesota, allá por los años sesenta: el lugar y la época que marcaron la infancia de los Coen.
Larry Gopnik (Michael Stuhlbarg, serie The American Experience) es un profesor de Física agobiado por las calamidades. Su esposa, Judith (Sari Lennick), quiere divorciarse y emparejarse con su amigo Sy (Fred Melamed, Hannah y sus hermanas). Su hija adolescente, Sarah (Jessica McManus), sueña con operarse la nariz. Su hijo, Danny (Aaron Wolff), se pasa el día viendo la tele y fumando marihuana. Su hermano, Arthur (Richard Kind, serie Mad About You), duerme en el sofá del salón. También hay un alumno asiático que le pone de los nervios y una vecina cachonda que toma el sol en topless. A pesar de solicitar la ayuda de hasta tres rabinos distintos, Larry ve cómo todo se desmorona a su alrededor.
Con Un tipo serio, los Coen se ríen de la cultura judía norteamericana basándose en sus propias experiencias, superando en virulencia crítica al propio Woody Allen. Para ello, cuentan con la complicidad de un reparto repleto de desconocidos con talento (Michael Stuhlbarg ha sido nominado a los Globos de Oro por su interpretación, y para Sari Lennick, Jessica McManus y Aaron Wolff, éste es su primer trabajo ante las cámaras).
Un consejo: no lleguen tarde al cine. El prólogo del film, en el que se recrea una vieja fábula hebrea, no tiene desperdicio.
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