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la verdadera identidad de pedro calleja

Desprotegidos

Desprotegidos

Estamos desprotegidos. No podemos escapar. Por lo menos, yo. Enciendo la tele y es que me descompongo vivo. Hoy he sufrido el estreno de la nueva teleserie de Antena 3 y casi me dan los siete males juntos. ¡Qué mala es Los protegidos, reDios! Mal concebida, mal escrita, mal realizada, mal iluminada, mal montada. De los actores, no digo nada, porque ellos no tienen la culpa de tener que trabajar en semejantes condiciones. ¿Culpables? Ahí van los nombres de algunos: Ruth García y Darío Madrona (creadores, guionistas), Ignacio Mercero (productor, realizador), Emilio A. Pina (productor)... y, por encima de todos ellos, los ejecutivos de la cadena que se atreve a emitirla. Esto no es televisión de calidad. ¡Esto es un subproducto tercermundista! Es Heroes o Misfits con la musiquilla de Eduardo Manostijeras, pero hecha por un grupo de teatro amateur del instituto. Tremendo.

Ahora, en serio

Ahora, en serio

Resulta curioso: leo los tres artículos anteriores y apenas me reconozco en ellos. Vaya, que sí, que hago lo que puedo para que las películas sobre las que escribo parezcan interesantes, pero está claro que me quedo a medias.

En realidad, la de los Coen, Un tipo serio, me parece un peñazo. Les tengo tirria a estos brothers desde Sangre fácil. En su día, me entusiasmé con Arizona Baby (ahora, no sería capaz de volver a verla). También me gustó Fargo, creo recordar. Todas las demás, incluida El gran Lebowsky, me ponen un poquito de mal humor.

Número 9 tampoco me parece nada del otro jueves. Demasiado simplona. Los cuatro tópicos postapocalípticos de siempre con un bonito envoltorio inspirado por los monigotes de Burton, el prólogo de Eduardo Manostijeras, la pesadilla prenavideña de Jack Skellington, los alucines surrealistas de los Quay y tropecientas referencias animadas más.

Y Bienvenidos a Zombieland, siendo la que más me divierte, no se merece una salva de fuegos artificiales. ¿Es exageradamente freaky o no lo suficiente? No consigo ponerme de acuerdo.

El próximo viernes, colgaré mi texto informativo sobre Sherlock Holmes, de Guy Ritchie. Otra que me ha dejado más mustio que una sardina el último día de carnaval.

arriba: foto de rising arizona, de los coen, que aquí se tituló arizona baby, como el grupo de folkrockcountry pucelano que tocó el viernes pasado en sidecar (estupendo concierto, por cierto)

A Serious Man

A Serious Man

Hoy, viernes, publico este texto informativo sobre la última de los Coen en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo:

Los hermanos Coen, Joel y Ethan, llevan más de dos décadas escribiendo y dirigiendo películas juntos, en la más irreductible independencia creativa. Su sentido del humor es, por llamarlo de alguna manera, excéntrico. Muchas de sus comedias, de Arizona Baby a Quemar después de leer, pasando por Barton Fink, Fargo o El gran Lebowsky, son, en realidad, pequenas tragedias pasadísimas de rosca protagonizadas por personajes solitarios que sufren en silencio el acoso burlón de los demás.

Un tipo serio, el film que ahora se estrena en nuestras carteleras, se amolda perfectamente a la fórmula humorística patentada por esta pareja de directores, sólo que acentuando más si cabe el carácter autobiográfico del argumento, ya que la acción de la historia está ambientada en el barrio judío de St. Louis Park, en Minnesota, allá por los años sesenta: el lugar y la época que marcaron la infancia de los Coen.

Larry Gopnik (Michael Stuhlbarg, serie The American Experience) es un profesor de Física agobiado por las calamidades. Su esposa, Judith (Sari Lennick), quiere divorciarse y emparejarse con su amigo Sy (Fred Melamed, Hannah y sus hermanas). Su hija adolescente, Sarah (Jessica McManus), sueña con operarse la nariz. Su hijo, Danny (Aaron Wolff), se pasa el día viendo la tele y fumando marihuana. Su hermano, Arthur (Richard Kind, serie Mad About You), duerme en el sofá del salón. También hay un alumno asiático que le pone de los nervios y una vecina cachonda que toma el sol en topless. A pesar de solicitar la ayuda de hasta tres rabinos distintos, Larry ve cómo todo se desmorona a su alrededor.

Con Un tipo serio, los Coen se ríen de la cultura judía norteamericana basándose en sus propias experiencias, superando en virulencia crítica al propio Woody Allen. Para ello, cuentan con la complicidad de un reparto repleto de desconocidos con talento (Michael Stuhlbarg ha sido nominado a los Globos de Oro por su interpretación, y para Sari Lennick, Jessica McManus y Aaron Wolff, éste es su primer trabajo ante las cámaras).

Un consejo: no lleguen tarde al cine. El prólogo del film, en el que se recrea una vieja fábula hebrea, no tiene desperdicio.

9

9

Este texto informativo sobre la película Número 9 se publicó en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo, el pasado viernes 1 de enero de 2010.

En 2006, una peliculita de once minutos de duración, titulada 9, estuvo a punto de ganar el Oscar al Mejor Cortometraje Animado. Su autor, Shane Acker, un joven licenciado en Arquitectura y Animación por la universidad de UCLA, llevaba ya doce meses cosechando todo tipo de galardones en festivales especializados de medio mundo. Cuatro años había invertido en el proyecto, desarrollando una idea que había nacido a partir de una imagen postapocalíptica. “A finales de los noventa, imaginé un mundo destruido por las guerras —ha explicado Acker—. Los únicos seres vivos de este universo eran unos pequeños muñecos de trapo, ingenuos y tímidos. Empecé a pensar en quién les había creado y cómo sobrevivieron a la catástrofe. Y así surgió la historia del cortometraje y todo lo demás”.

Uno de los primeros fans incondicionales del cortometraje fue Jim Lemley, el productor de La escafandra y la mariposa, entre otros films. A Lemley le sedujo la extraña belleza de la propuesta de Acker. “Me entraron unas ganas tremendas de saber qué les iba a suceder a los protagonistas después del final del corto —confiesa—, y por eso le propuse a Shane hacer un largometraje partiendo de su idea”. Ese largometraje es Número 9, que ahora se estrena en nuestros cines, dirigido por Acker y escrito por Pamela Pettler (La novia cadáver).

A Lemley no tardaron en imitarle otros cineastas interesados en invertir en el proyecto, como Tim Burton (Sweeney Todd: el barbero diabólico de la calle Fleet) y Timur Bekmambetov (Wanted: se busca). “Me encantó la idea —afirma Burton—. Recuerdo que una de las cosas que más me atrajo en su día de Pesadilla antes de Navidad fue el hecho de que los personajes no tuviesen globos oculares. Los de Número 9 tampoco los tienen y eso complica la tarea de hacerles expresar sus sentimientos. Pero el talento de Acker es asombroso y consigue que los personajes sientan, se emocionen y nos emocionen con facilidad”.

El protagonista de Número 9 se llama 9, porque lleva ese número pintado en la espalda. En la versión original en inglés, 9 habla con la voz del actor Elijah Wood (El Señor de los Anillos). Es un muñeco de apenas veinte centímetros de altura, confeccionado con piezas metálicas y retazos de tela de saco. Un científico misterioso le ha dado vida antes de morir.

El diminuto y frágil 9 despierta en un mundo arrasado por la guerra. Todo está en ruinas. Por las calles deambula un robot destructor que rastrea cualquier signo de vida para eliminarlo sin miramientos. Muy pronto, 9 entra en contacto con otros seres similares a él, que también llevan un número escrito en la espalda.

Número 1 (Christopher Plummer, El Imaginario del Doctor Parnassus) es una especie de sacerdote cascarrabias que ejerce de jefe del grupo. Número 2 (Martin Landau, Ed Wood) es un viejo genio de la ciencia. Número 5 (John C. Reilly, Magnolia), es un ingeniero que perdió un ojo en un accidente de guerra. Número 6 (Crispin Glover, Beowulf) es un artista atormentado por visiones. Número 8 (Fred Tatasciore, serie Padre de familia) es un forzudo sin cerebro. Los números 3 y 4 son unos gemelos mudos, expertos en catalogar y almacenar datos. Y la atractiva número 7 (Jennifer Connelly, Oscar por Una mente maravillosa) es una guerrera nata.

“Lo maravilloso del cine de animación es que te permite hacerlo todo —afirma Tim Burton—. Y eso supone un peligro para la creatividad, porque te puede hacer perder la perspectiva. Shane Acker tiene muy claro lo que quiere y sabe cómo trasladarlo a la pantalla. Su mundo es fantástico y realista al mismo tiempo. Es tremendamente verosímil. Todo lo que vemos nos recuerda a algo, algún objeto cotidiano, algún lugar, algún monumento, pero al mismo tiempo nos resulta diferente, original, sorprendente. Yo he crecido viendo películas de terror y de monstruos, pero nunca había visto nada como esto. Es fascinante”.

Número 9 está realizada con imágenes digitales generadas por ordenador en los estudios canadienses de Starz Animation, pero el diseño general y el movimiento de los personajes se inspira en técnicas tradicionales. “Mis mayores referentes son maestros de la animación independiente en stop-motion, como los hermanos Quay o el checo Jan Svankmajer —confiesa Acker—. Y también los trabajos animados de Tim Burton y el sabor de ciertas películas cómicas del cine mudo. Sin olvidarnos del mejor cine de acción contemporáneo, como el que hace Timur Bekmambetov. El personaje de la chica luchadora fue una sugerencia suya, por cierto”.

Zombieland

Zombieland

Publiqué este texto informativo sobre Bienvenidos a Zombieland en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo, el pasado viernes 18 de diciembre de 2009.

Bienvenidos a Zombieland no es la típica película de muertos vivientes. Tampoco es una de esas parodias terroríficas que se ríen de todo y de todos sin ton ni son. Evidentemente, se trata de una comedia, pero una comedia hipervitaminada, repleta de escenas de violencia, humor negro, negrísimo, y mucho gore de última generación, pringoso y efectivo. A los personajes protagonistas se les quiere enseguida: a ellos, por lo bobos que son casi siempre, y a ellas, por lo perras que pueden llegar a ser a veces. Por si fuera poco, sale Bill Murray (re)interpretándose a sí mismo en plan cazafantasmas zombificado. El film ganó el premio del público en el pasado Festival de Sitges.

“Lo curioso del caso es que no soy un fan de las películas de zombies –explica Ruben Fleisher, el director de Bienvenidos a Zombieland–. La primera que vi fue 28 días después, hace pocos años. Eso sí, cuando surgió la oportunidad de hacer Bienvenidos a Zombieland, me puse las pilas y vi todos los clásicos del género. No quería meter la pata en este tema. Sé que hay montones de fanáticos de los muertos vivientes por ahí fuera. No quería que se enfadasen conmigo. ¡Esa gente es peligrosa!”.

Fleisher tiene un hermano actor, Lucas Fleischer, y mucha experiencia como realizador de making ofs. Ahora mismo ejerce de productor ejecutivo de Fantasy Factory, un reality show de la MTV protagonizado por dos skaters profesionales. El tandem formado por los escritores Paul Wernick y Rhett Reese, guionistas y productores ejecutivos de Bienvenidos a Zombieland, también procede del mundo de la televisión. Su trabajo conjunto más conocido hasta el momento es el reality The Joe Schmo Show para el canal Spike TV. Bienvenidos a Zombieland estaba previsto como un piloto televisivo, antes de saltar a la gran pantalla.

“Tampoco nosotros hemos visto muchas películas de zombies –afirman al unísono Wernick y Reese–. Nos inspiramos en 28 días después y El amanecer de los zombies, como mucho. Lo cierto es que nos dan bastante miedo. De hecho, no hemos pretendido reirnos de los zombies, sino reirnos con ellos. Imaginar lo que puede suceder en un lugar infestado de zombies caníbales es fascinante desde el punto de vista de un guionista con ganas de pasarlo bien. Las películas de zombies permiten tocar temas muy interesantes. Es un género bastante menos simplón de lo que parece”.

Columbus Ohio (Jesse Eisenberg, Adventureland) no se llama, en realidad, Columbus Ohio. Ese es el nombre que le encasqueta Tallahasse (Woody Harrelson, Asesinos natos), el otro protagonista masculino de Bienvenidos a Zombieland, aficionado a bautizar a la gente con los nombres de sus ciudades de origen (o de destino). Columbus es un joven estudiante del montón: aficionado a los videojuegos, solitario, virgen y cobardica. Por cosas del destino, se ha convertido en uno de los escasos supervivientes del apocalipsis viral que ha asolado la Tierra transformando al noventa por ciento de la población mundial en zombies sin mente.

Tallahasse es un cowboy del siglo XXI, un paleto brutote pero con corazón, que viaja hacia la Costa Oeste a bordo de una furgoneta cargada de armas. Columbus y él se encuentran por casualidad y emprenden la ruta juntos, enfrentándose a los muertos vivientes y robando comida en supermercados. En uno de estos supermercados, la pareja conoce a dos hermanas no-infectadas: la adolescente Wichita (Emma Stone, Ghosts of Girlfriend Past) y la doceañera Little Rock (Abigail Breslin, Pequeña Miss Sunshine). Las chicas engañan a los chicos y les roban vehículo y armas.

“El tema principal de la película es la confianza –señala el director, Fleischer–. En un mundo infestado de zombies ¿podemos confiar en alguien? La respuesta está clara: no. Pero todos somos humanos. Los chicos tienen sentimientos, y las chicas, en el fondo, son un encanto. Así que, al final, pasa lo que tiene que pasar. ¡Todo se lía de mala manera!”

LA ESTRELLA INVITADA. Uno de los pasajes más descacharrantes de Bienvenidos a Zombieland se desarrolla en una lujosa mansión de Beverly Hills, en Hollywood. Los cuatro protagonistas, las dos chicas y los dos chicos, se refugian allí para descansar y disfrutar del ambiente. La casa pertenece, supuestamente, al actor Bill Murray, que se interpreta a sí mismo como si fuera una megaestrella decadente que vive de las rentas generadas por las dos entregas de Los Cazafatasmas. Murray va por ahí maquillado de zombie para engañar a los auténticos zombies. Es un tipo tranquilo, pagado de sí mismo, aficionado al golf y a los halagos desorbitados. Cuando Wichita le pregunta si se arrepiente de algo, él responde que “quizás, de salir en Garfield”. Pocos actores de su generación tienen la capacidad de reirse de sí mismos con la pachorra de Murray. Su intervención en Bienvenidos a Zombieland es de las que dejan huella. Para este papel, el director también pensó en Patrick Swayze, que no pudo aceptar la oferta por estar gravemente enfermo.

Hola

Hola

No, este blog no desaparece, sino que cambia de nombre. Ahora se llama La verdadera identidad de Pedro Calleja. Los poemas y textos eróticos han desaparecido: los colgaré en otro blog. Uno que, muy probablemente, se llamará, de nuevo, Chicas en biquini buscando a Norman Bates. Aquí, en éste, se hablará más de cine y de todas esas cosas que me gustan y de las que escribo normalmente en diarios y revistas.

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¡CERO! Dentro de unas horas, CHICAS EN BIQUINI BUSCANDO A NORMAN BATES desaparecerá. Bueno, las nenas del mini mini se irán a otro sitio. Me quedaré yo. Mi auténtico moi. Cambiarán muchas cosas. Para mejor, espero. Ahora, me voy a pichar a Sidecar. Hasta las mil. Si váis, hacedme una seña de mus.

1...

Han sido casi cuatro años de confesiones a destiempo o destempladas, mezcladas con insolencias sexuales y miniaturas pseudoliterarias. Permítanme que cierre el cajón y gire la llave. Es preciso hacer limpieza.

2...

La mayor parte de mis amigos y conocidos están, ahorita mismo, haciendo blogs, webpages, artículos, libros, cómics, películas, series y programas de televisión mojigatos y fundamentalistas. De un fundamentalismo underground sonrojante, por así decirlo. Y de una sensibilidad erotómana, o algo, menos que cero. Nula. Dan ganas de mandarlo todo a freir monas.

3...

No sé qué incomoda más, si la pornografía pura y dura o el exhibicionismo de sentimientos. En cualquier caso, es necesario separar, diferenciar, etiquetar, disimular, esconder, apartar. Recalificar.

4...

La pornografía sentimental no compensa. Peor aún: no recompensa. 2010 exige cambios drásticos.

5...

Este love blog es demasiado exhibicionista y demasiado pornográfico, por eso lo voy a hacer desaparecer dentro de, exactamente, cinco días.

Paul Naschy ha muerto

Paul Naschy ha muerto

Mañana: Luna llena.
No será lo mismo sin el jefe de la manada.

la foto de paul naschy es de oscar l. tejeda

2009

2009

Dieciseis ediciones. Parece mentira. Santi Camuñas y yo llevamos organizando Cinemad desde 1994. El primero se celebró en la Revolver de Madrid. Mítica sala. Luego hemos ido saltando de una localización a otra, hasta casi agotar las posibilidades. Este año, 2009, nos lo montamos en Cinestudio del Círculo de Bellas Artes, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Bar Picnic, Sala La Vía Lactea, Restaurante La Panza es Primero y Fnac. Santi y yo os proponemos ciclos tan llamativos como Brasil Cult Cinema, Rock’N’Cine, Dibujos Animados Contra la Guerra y Gaspar Noë en Corto, películas de Harry Dean Stanton, Bettie Page y Rodolfo Valentino, documentales sobre Gogol Bordello, The Rolling Stones y The Cramps, perlas como Alucarda, la hija de las tinieblas, Girl On a Motorcycle, Repo Man, Limite, Meteorango, Camille y Wizards. Y los mejores episodios de la teleserie Kung Fu (el gran David Carradine aparece en el cartel de este año). Todo gratis, gratis, o con invitación. Esta noche, la cosa empieza por todo lo alto con un concierto en vivo de los Fleshtones. Y antes de Navidad, Sandy Lieberman, productor de cine y exmanager de los Rolling, impartirá un par de Clases Maestras.

Fast forward

Fast forward

Hay que ver lo que me cuesta actualizar. ¡Con la de cosas que podría contar! Estoy enamorado y sanote. Acaba de salir mi libro sobre cine erótico. Tengo la cabeza en Murcia. El poemario está a punto de caramelo. El combate entre Pacman y Miguel Cotto fue espectacular. Aluciné con la miniserie Torchwood: Children of the Earth. ¡Y con la exposición Imatges Secretes: Picasso i l’estampa eròtica japonesa! Además, pasadomañana empieza Cinemad 2009. Fiuuuuu. Me gustaría tener ocho tentáculos, como el pulpo negro de Victor Hugo.

Es mi chica

Ayer, en Sidecar: Coque Malla. Estupendo. Contigo, más aún. Y mejor.

Book, book, book

Book, book, book

Lo tengo en la mano. Me refiero al libro. Mi libro. Películas clave del cine erótico. Editado por Robinbook, en su sello Ma Non Troppo. La semana que viene ya estará en las tiendas. A ver si os llama la atención. Yo lo he releído con gusto.

foto de lolita (1997), de adrian lyne

La hora de los mamporros

La hora de los mamporros

Este sábado: Fedor Emelianenko contra Brett Rogers. No es boxeo, es MMA, pero duele igual. O más. A mí es que me gusta la poesía, ya sabéis.

100 patadas en la entrepierna

100 patadas en la entrepierna

Sergio Colmenar es uno de los pocos cinéfagos REALMENTE activos de este país. Uno de los poquísimos que sigue interesándose por el cine fantástico y de terror: buscando, comparando, sacando conclusiones. La suya no es una visión anquilosada o previsible del género. Este tío se implica con lo que ve. Se emociona o se encabrona. No adopta la típica postura ahí-me-las-den-todas que caracteriza a la mayoría de los aficionados con pedigrí que imparte cátedra por la red y fuera de ella ahorita mismo. Muchos deberían tomar nota. En su blog, Sergio ha elaborado una lista de las 100 películas fantásticas y de terror que más y mejor le han provocado en lo que llevamos de siglo XXI. El listado resulta tremendamente interesante, entre otras cosas, porque, de una forma subjetiva e intuitiva, propone la existencia de una nueva sensibilidad fantaterrorífica, bastante más salvaje y peligrosa de lo que parece a simple vista. El cine de terror del siglo XXI no tiene nada que ver con el remake infantil de Viernes 13.

arriba, foto de the human centipede (first sequence) (2009), de tom six

Corbatas gigantes

Corbatas gigantes

Hace dos noches, en Sidecar, pinché La Chatunga como homenaje a Luis Aguilé. No puse la versión original, sino la de Doctor Explosión. Como por arte de magia, la sesión se puso al rojo vivo. Intensidad. Alegría. Ganas de. Darte besos y más besos. Sí. Fue genial.