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la verdadera identidad de pedro calleja

CINE

Mamá, quiero ser crítico

Mamá, quiero ser crítico

Columna que se publicará en la edición Weekend del diario adn, el próximo viernes 10 de octubre. Se la dedico a los críticos que salieron echando pestes del pase de prensa de Soy un pelele, de Hernán Migoya, en el Festival de Sitges 2008.

Los críticos cinematográficos servimos para algo. Uno de nuestros principales cometidos es destacar aquello que merece ser destacado de una película: su belleza, su originalidad, su oportunismo. Contamos, para ello, con cierto bagaje cultureta. Se supone que hemos visto mucho cine y lo hemos digerido bien. Nos resulta fácil establecer vínculos significativos entre cineastas de distintos estilos o generaciones, manifestaciones artísticas presuntamente enfrentadas e incluso fenómenos socio(i)lógicos de temporada alta o baja.

A los muy buenos críticos no les cuesta nada explicar porqué una película les gusta. Los mejores son aquellos que, además, contagian su entusiasmo a los demás. Por eso me cabreo cada vez que escucho o leo a algún colega acomodaticio, de ésos que prefieren guarecerse en el lugar común antes que poner a prueba su pericia analítica.

Examinemos el caso de mis dos películas preferidas de la actual cartelera: Zohan y Tropic Thunder. Ambas llevan coletillas promocionales sonrojantes: Licencia para peinar y Una guerra muy perra, respectivamente. Una persona ajena a la cinefagia mutante del siglo XXI diría que no son más que comedietas basura para quinceañeros lelos. Eso opinan, de hecho, docenas de críticos españoles, muchos de ellos más jóvenes que yo.

Un crítico con criterio realmente contemporáneo trataría de rebatir esta opinión generalizada poniendo de relieve el genio cómico y dinamitero de Adam Sandler y Ben Stiller. Claro que, para eso, hay que estar mejor preparado.

Isabel Sarli: La Diosa Neumática. ¡Coca para todos!

Isabel Sarli: La Diosa Neumática. ¡Coca para todos!

La leyenda cuenta que, durante los primeros años 60, muchos acomodadores argentinos colgaban a la puerta de los cines carteles como éste: "Isabelita se baña a las 16.30, 18.30 y 20.30 horas". De esta manera, los espectadores que quisieran abandonar la sala e irse a tomar algo al café de la esquina, sabían en qué momento de la tardenoche debían regresar a sus butacas para contemplar, en todo su esplendor cinematográfico, el cuerpazo desnudo de Isabel Sarli. Ese mismo cuerpazo que el periodista Mario Ferrari Brown describió años después con tres adjetivos inolvidables: "suculento, rebotón y dionisíaco".

Isabel Sarli fue el primer mito erótico del cine argentino que consiguió romper tabúes y cruzar fronteras. Su desnudo integral en "El trueno entre las hojas" (1957) pilló a todo el mundo por sorpresa, incluída ella misma. Convertida en la musa exclusiva del cineasta Armando Bo, llegó a rodar cerca de una treintena de películas de bajo presupuesto, repletas de localizaciones exóticas, truculencia argumental y erotismo unplugged. En el apogeo de su fama de serie B, paseó el palmito por medio mundo y se dejó querer por millones de fans. Alejada del prototito sexy instaurado por otras starlettes de la época, mucho más desvergonzadas y artificiales, ella siempre dio la impresión de dedicarse a la sexploitation por pura casualidad. Al igual que los personajes que interpretaba, no parecía darse cuenta del revuelo que causaban sus ceñidas curvas alrededor suyo. Ponía cara de maruja inocente hasta en las situaciones más extremas. De ahí su especial encanto.

La belleza de Isabel Sarli en la pantalla se basa en una contradictoria y potentísima naturalidad: por un lado, tiene un cuerpo exuberante, estatuario, maduro, moreno, satinado e imposible de disimular; por el otro, una expresión facial entre indiferente, dulce, resignada, ausente y hasta inconsciente, de siesta de verano. La combinación de una cosa con la otra da como resultado una criatura única en su género, capaz de alborotar hormonas y, al mismo tiempo, despertar buenos sentimientos. Para entendernos: uno no sabe si follársela a lo Amanaun, rompiendo los muebles y prendiendo fuego al monte, o quedarse plácidamente dormido entre sus tetas con el dedo índice metido en la boca. Ponerse burro o ponerse peluche, esa es la cuestión.

MISS CARNE DE PRIMERA. Hilda Isabel Gorrindo Sarli, ’la Coca’ para sus familiares, amigos y admiradores, nació en Concordia, en la provincia de Entre Ríos, Argentina, el 9 de julio de 1935 (o de 1930, según fuentes menos fidedignas). Creció en un ambiente humilde, al lado de su madre y lejos de su padre, que las abandonó a ambas cuando ella acababa de cumplir los tres años. De pequeña, Isabel era tan pobre que soñaba con habitaciones empapeladas de fiambre. Alcanzada la mayoría de edad, trabajó como secretaria y modelo ocasional antes de obtener el título de Miss Argentina en 1955 y quedar semifinalista en el concurso de Miss Universo. Fue entonces cuando conoció a Armando Bo, actor, productor y director de cine, casado y con hijos, quien la convenció para que debutase como actriz en "El trueno entre las hojas" (1957), una película que marcó época por incluir el primer desnudo integral de la historia del cine argentino. Para rodarlo, Bo engañó a ’la Coca’ cambiando el objetivo de la cámara y filmándola desde lejos bañándose en un río.

Una vez perdida la virginidad cinematográfica con este taquillazo que la catapultó al estrellato, Isabel inició una intensa relación sentimental y profesional con Armando. Juntos, trabajaron en más de dos docenas de películas a lo largo de casi un cuarto de siglo, obteniendo éxitos dentro y fuera de su país. Según se ha empezado a saber en los últimos años, la implicación de ’la Coca’ en los filmes de Bo fue mucho mayor de lo que se pensó en su día: además de actuar y desnudarse ante la cámara, se encargaba de muchos aspectos de la producción ejecutiva y de las relaciones comerciales con los distribuidores norteamericanos (ella hablaba inglés y él no).

ARDE, COCA, ARDE. Curiosamente, los títulos que han asentado el poderío retropop de Isabel Sarli en las últimas décadas, al menos en España, son "La mujer de mi padre" (1967), "Carne" (1968), "Fuego" (1968) y "Fiebre" (1970). Teniendo en cuenta los datos biográficos expuestos más arriba, ’la Coca’ que sale aquí tiene entre 32 y 35 años, aunque los personajes que interpreta parezcan más jóvenes. Resulta excitante comprobar, una y otra vez, cómo el cuerpo desnudo de las cuatro protagonistas de estas películas —la adultera, la violada, la ninfómana y la equinófila, respectivamente— sigue deslumbrando, descolocando y desinhibiendo sin remedio. Sucede lo mismo con el de las prostitutas de "Desnuda en la arena" (1968), "Tentaçao nuda/Extasis tropical" (1969), "Intimidades de una cualquiera" (1971) y la tardía "Una mariposa en la noche" (1976). ¿Cómo se explica semejante perdurabilidad física? ¿Ardiente madurez? ¿Parentescos divinos? ¿Buena alimentación? ¿Vitaminas?

Para obtener una visión de conjunto más completa sobre el fenómeno Sarli convendría también rescatar del olvido el impresionante look Silvana Mangano que exhibía en "Sabaleros" (1958), y echarle un vistazo largo a su participación en tres pseudothrillers de acción sexual muy poco vistos: "Lujuria tropical" (1962), "La diosa impura" (1963) y "Los días calientes" (1965), donde ’la Coca’ no se cortaba un pelo a la hora de sacar a la lagarta que lleva dentro. Tampoco estaría mal entregarse a los excesos exóticos de "India" (1959), los desbarres fantásticos de "Muher pecado/Embrujada" (1969) y los estallidos de violencia de "Furia infernal" (1972): tres psicotronías que merecerían una buena edición en dvd. Aunque lo que a ella le haría ilusión es que nos fijásemos en "La burrerita de Ypacarai" (1961), que es su película favorita, y en otras comedias picaronas como "La mujer del intendente de Ombú Quemado" (1966) y sus dos secuelas.

MITO REGENERACIONAL. Hoy, a sus 67 años, Isabel Sarli está considerada por la gran mayoría de los argentinos como una leyenda viva del cine popular. Después de sufrir el acoso de funcionarios, críticos y dictadores durante el tiempo que estuvo trabajando al lado de Armando Bo, ahora disfruta recibiendo el cariño del gran público, el respeto de los estamentos oficiales y la admiración de las nuevas generaciones. Sus películas se emiten por televisión, el Museo de Cine le ha dedicado una sala y centenares de travestis la imitan cada noche en clubes y garitos de ambiente. Hace diez años, cuando un tumor cerebral estuvo a punto de costarle la vida, toda Argentina se echó a la calle para rezar, y el presidente Carlos Menem se encargó personalmente de que la atendieran los mejores médicos.

’La Coca’ se retiró de la escena artística en 1981, tras el fallecimiento de Armando. Algunos aseguran que aún guarda en una cajita la colilla del último cigarrillo que se fumó su gran amor. Rodeada de animales, hijos adoptivos, amigos y recuerdos, vive en una gran casa que adquirió en los años sesenta. En 1996, animada por Victor Bo, protagonizó "La Dama regresa", un largometraje más o menos experimental y biográfico, dirigido por el artista multimedia Jorge Polaco. En 1997, recibió un homenaje en Madrid, durante la celebración de la primera edición del festival de cine fantástico Imagfic. También ha sido agasajada en México y Francia. En 1999, se subió por vez primera a un escenario teatral para interpretar un papel escrito a medida en la revista musical "Tetanic". Obtuvo tanto éxito que, desde entonces, no paran de ofrecerle proyectos.


FILMOGRAFIA DE ISABEL SARLI

Películas dirigidas por Armando Bo:

1957 "El trueno entre las hojas"
1958 "Sabaleros"
1959 "India"
1959 "... Y Dios creó a los hombres"
1960 "Favela"
1961 "La burrerita de Ypacarai"
1962 "Lujuria tropical"
1963 "La diosa impura"
1963 "La leona"
1965 "La mujer del zapatero"
1965 "Los días calientes"
1965 "La tentación desnuda"
1966 "La mujer del intendente de Ombú Quemado"
1967 "La mujer de mi padre"
1968 "Carne"
1968 "Desnuda en la arena"
1968 ’Fuego"
1969 "Tentaçao nuda/Extasis tropical" (algunas fuentes citan como directores a Jose Da Costa Cordeiro y Egydio Eccio)
1969 "Muher pecado/Embrujada"
1970 "Fiebre"
1971 "Intimidades de una cualquiera"
1972 "Furia infernal"
1973 "El sexo y el amor"
1976 "Una mariposa en la noche"
1977 "Insaciable"
1978 "El último amor en Tierra del Fuego"
1980 "Una viuda descocada"

Películas dirigidas por otros directores:

1961 "Setenta veces siete" (Leopoldo Torre Nilsson)
Producción argentina rodada en la Patagonia. La Sarli encarna a Cora, una muchachita de pueblo que vive con un tipejo innoble (Jardel Filho) en un caserón construido en medio de ninguna parte. Hasta allí llega un delincuente perseguido por la policía y cargado de dinero sucio (Francisco Rabal). Los machos se ponen bravos entre sí por culpa de la pasta y de la chica, que está como un queso. Sube la temperatura y el realizador saca a relucir el estilazo que se convertirá pronto en su marca de fábrica. En Estados Unidos se tituló "The Female".

1975 "The Virgin Goddess/La diosa virgen" (Dirk De Villiers)
Producida y rodada en Sudáfrica. Sarli, Bo y su hijo Victor se implicaron en el proyecto por exigencias de la Columbia. ’La Coca’ es una mujer náufrago a la que los miembros de una tribu confunden con una diosa inmortal. El conflicto surge con la llegada de unos aventureros blancos ávidos de fortuna. El argumento está supuestamente inspirado por la novela "She", de H.Rider Haggard. El director es tan torpe que consigue sacar fea a la protagonista. Según dicen, Armando y él acabaron a puñetazos.

1996 "La Dama regresa" (Jorge Polaco)
Una gran estrella del mundo del espectáculo (Sarli) regresa a su tierra natal con la pila nostálgica puesta. Mucho flashback, mucha ensoñación, mucho escote y toneladas de kitsch postmoderno.


PEPITOS DE TERNERA
Dos escenas legendarias del cine argentino; dos momentos fuertes de "Carne" (1968); dos frases que han pasado a la historia por su alto contenido en proteínas metafóricas.

1) Humberto, el Macho, acosa a Delicia Sarli entre las medias reses colgadas de ganchos del matadero. En un arrebato de lujuria, arroja a la chica sobre un montón de medias reses apiladas en el suelo. Antes de abalanzarse sobre ella, pronuncia la mítica frase: "¡Así te quería tener! ¡Carne sobre carne!".

2) Algo más tarde, en el interior del camión frigorífico donde Delicia ha sido encerrada para que abusen de ella los colegas del Macho, la chica, desnuda y magullada, se queja ante el tercero o cuarto de sus abusadores: "¿Otra vez? ¿Es que ustedes no tienen madre?".

Carne Sobre Carne: El Cine Adulterado de Armando Bo

Carne Sobre Carne: El Cine Adulterado de Armando Bo

Primero me sedujo el hombre: machote, bocazas, autosuficiente. Luego me enganchó la obra: visceral, primigenia, hipnótica. Al final, me quedé colgado de la musa: voluptuosa, ingenua, divina. Armando Bo entró en mi vida a través de Santiago Tabernero, ex director del programa televisivo "Versión española". Él me habló por primera vez de este cineasta argentino y me prestó el libro (fotocopiado) que encendió la mecha de mi futura adicción a películas como "Carne", "Fuego" y "Fiebre", protagonizadas por esa diosa hecha mujer llamada Isabel Sarli.

En el libro, escrito por Jorge Abel Martín y titulado "Los films de Armando Bo con Isabel Sarli" (Corregidor, 1981), encontré información relativa a la personalidad del actor, productor y realizador bonaerense; me enteré de los argumentos de todos sus largometrajes; leí críticas y documentos de época, y observé detenidamente decenas de fotografías de la ’Coca’ Sarli en actitud mimosona. En suma: agarré un calentón cinéfago de proporciones colosales.

El calentón todavía me dura. Entre otras cosas porque, después de 20 años de dedicación más o menos obsesiva a la sexploitation internacional, no he conseguido ver más que la mitad de todas las películas que hicieron juntos Armando e Isabel. Eso sí, gracias a esta docena de perlas raras, sin cultivar, únicas en su (sub)género mutante, ahora escribo en 2000 Maníacos estas líneas cargadas de testosterona.

INSTINTOS BÁSICOS. Hay quien compara a Armando Bo con Russ Meyer, dejándose llevar por una especie de erronea intuición heterosexual. En realidad, no existen dos cineastas más distintos. El norteamericano encuadraba, montaba, narraba y empaquetaba sus filmes con una pericia técnica apabullante, propia de un estilista superdotado; el argentino contaba historias tremebundas con lo que tenía a mano, tal y como le salían de dentro, a las bravas. Meyer concebía sus películas como reportajes fotográficos integrados en una dinámica argumental de tebeo; lo de Bo se acercaba más a la fotonovela para adultos, el folletín de crónica de sucesos, el melodrama radiofónico pasado de rosca o el surrealismo kitsch más o menos involuntario.

En lo que sí coincidían ambos es en sus gustos y manías personales. Tanto Meyer como Bo podían permitirse el lujo de presumir de autenticidad. Durante toda su carrera profesional trabajaron en la más pura y dura independencia creativa, al margen de modas y tendencias, abriendo camino, a contracorriente, recibiendo el apoyo incondicional del gran público y el rechazo de censores y críticos. En la mayor parte de sus largos, utilizaron paisajes naturales como marco de conflictos sexuales protagonizados por hombretones musculosos y féminas exuberantes. Siempre que les pareció necesario, recurrieron a la violencia gratuita y al humor grosero. Mientras uno tuvo la suerte de trabajar con docenas de pin-ups talla XXL; el otro siempre le fue fiel a la misma superwoman.

TAMAÑOS NATURALES. Al margen de éstas y otras odiosas comparaciones, lo que más llama la atención del cine de Bo es su desarmante sinceridad. Sus películas van directas al grano, pegan donde más duele y afectan al sistema nervioso central. En ellas, Isabel Sarli encarna casi siempre a mujeres que transforman a los hombres en animales, sufren lo indecible por ello y acaban sacrificadas o redimidas por amor. En la mayoría de los casos, el propio Armando se reserva el papel de semental redentor, en una maniobra de metalingüismo erótico muy estimulante. Abundan las ingenuas maltratadas, las prostitutas con corazón, las ninfómanas enamoradas, las viudas alegres y las diosas primitivas, predispuestas todas a bañarse desnudas ante la mirada lasciva de brutos sin escrúpulos, millonarios impotentes, presidiarios en fuga, jóvenes idealistas y trabajadores honestos.

Marcado por sus orígenes populares, Bo ha pasado a la historia del cine de serie B gracias a una de las trayectorias artísticas menos dispersas de la galaxia psicotrónica. Su filmografía pasa del neorrealismo crudo a la sexploitation de importación, con paradas puntuales en territorios tan delirantes como el fantastique exótico y la comedia picarona. "Carne", "Fuego" y "Fiebre", los tres títulos que mejor se han adaptado a los vaivenes de la sensibilidad cinéfaga postmoderna, sorprenden todavía por lo arriesgado de sus propuestas estéticas.


BIOFILMOGRAFIA COMENTADA DE ARMANDO BO

Armando Bo nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1914. Jugó al baloncesto en equipos profesionales de Argentina y Brasil. En Río de Janeiro, entabló amistad con la actriz y cantante Carmen Miranda, quien le aconsejó que probara suerte como galán de cine. Estudió arte dramático durante dos años en el Conservatorio de Buenos Aires, bajo la tutela de Antonio Cunill Cabanellas. Empezó a despuntar como actor en "La maestrita de los obreros" (Alberto de Zavalía, 1941) y "Melodías de América" (Eduardo Morera, 1941). Luego hizo, entre otras, "La cabalgata del circo" (Mario Soffici, 1944) y "Los tres mosqueteros" (Julio Saraceni, 1945). En 1948, produjo su primera película, y en 1954, debutó como director. "El trueno entre las hojas" (1958) señaló el inicio de su relación personal y profesional con Isabel Sarli. Juntos hicieron más de 25 largometrajes en Argentina, Brasil, México, Uruguay, Paraguay, Venezuela y Sudáfrica. Gracias a un acuerdo de distribución con la Columbia, muchos de estos largos se estrenaron en Estados Unidos, Japón y Europa. Maltratado por los estamentos oficiales de su país y despreciado por la mayor parte de los intelectuales progres, consiguió mantener su independencia creativa gracias al apoyo del público. Falleció el 8 de octubre de 1981, en plena dictadura militar, víctima de un cáncer.

Filmografía como productor:

1948 "Pelota de trapo" (Leopoldo Torres Ríos)
1948 "Su última pelea" (Jerry Gómez)
1949 "Sacachispas" (Jerry Gómez)
1949 "Con el sudor de tu frente" (Román Viñoly Barreto)
1950 "Fangio, el demonio de las pistas" (Román Viñoly Barreto)
1951 "Mi divina pobreza" (Alberto D’Aversa)
1952 "Yo soy el criminal" (Alberto Du Bois)
1952 "En cuerpo y alma" (Leopoldo Torres Ríos)
1952 "El hijo del crack" (Leopoldo Torres Ríos y Leopoldo Torre Nilsson)
1953 "Honrarás a tu madre" (Alberto D’Aversa)
1953 "Días de odio" (Leopoldo Torre Nilsson)
1953 "La Tigra" (Leopoldo Torre Nilsson)
1954 "Muerte civil" (Alberto D’Aversa)

Filmografía como director:

1954 "Adios, muchachos"
1954 "Sin familia"
1957 "El trueno entre las hojas"
Guión del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, según un relato suyo. La mujer de un pérfido terrateniente vuelve tarumbas a los indios de la selva y al líder de la resistencia. Incluye el primer desnudo integral y frontal del cine argentino. La película que convirtió a la ’Coca’ Sarli en un mito erótico.

1958 "Sabaleros"
Guión de Roa Bastos, basado en hechos reales. El amor imposible entre dos jóvenes procedentes de familias enfrentadas por el negocio de la pesca del sábalo. Asesinatos, violaciones, canibalismo. La Sarli pilló una hepatitis por rodar una pelea con otra actriz en medio de un montón de mierda.

1959 "India"
Rodada en las Cataratas del Iguazú. Un fugitivo de la ley se enamora de Ansisé (Sarli), la reina de una tribu misteriosa. Sexo en la jungla, guerreros celosos, tesoros ocultos. Con la participación como figurantes de auténticos indios Macá. Incluye cinco minutos en color; el resto es en blanco y negro.

1959 "... Y el demonio creó a los hombres" (coproducción con Uruguay)
1960 "Favela" (coproducción con Brasil)
1961 "La burrerita de Ypacarai" (coproducción con Paraguay. En España: "La furia del Paraguay", estrenada en 1974)
1962 "Lujuria tropical" (coproducción con Venezuela. En Argentina se estrenó en 1964)
1962 "Pelota de cuero"
1963 "La diosa impura" (coproducción con México)
1963 "La leona"
1965 "La mujer del zapatero"
1965 "Los días calientes" (En España: "Los días calientes", estrenada en 1975)
1965 "La tentación desnuda"
1966 "La mujer del intendente de Ombú Quemado"

1967 "La mujer de mi padre"
Tragedia sexual e incestuosa delante y detrás de las cámaras. Una mujer irresistible (Sarli) engaña a su marido (Armando Bo) con su propio hijo (Victor Bo). Mientras los machos en celo se matan a hostias, un borracho trata de violar a la bella sin alma. Rodada en las Cataratas del Iguazú.

1968 "Carne" (En España: "Carne", estrenada en 1989)
La guapísima Delicia (Sarli) trabaja en un matadero. Su novio pintor ignora que un tipejo la viola todos los días. Una mala tarde, la chica es secuestrada y encerrada en un camión frigorífico. Los colegas del violador abusan de ella por turnos. Basada en una historia real. Violentísima y cómica al mismo tiempo. De culto.

1968 "Desnuda en la arena"

1968 "Fuego" (En España: "Fuego", estrenada en 1978. En Argentina se estrenó en 1971)
Un ingeniero amable se casa con una ninfómana (Sarli) que vive con una terrorífica criada lesbiana. Furor uterino, abrigos de piel, amantes ocasionales y mucho apoyo psicológico. Incluye un mítico revolcón en la nieve. Una película insólita que parece improvisada sobre la marcha.

1969 "Tentaçao nuda/Extasis tropical" (producción brasileña. En Argentina se estrenó, muy censurada, en 1978. Algunas fuentes citan como directores reales a Jose Da Costa Cordeiro y Egydio Eccio)

1969 "Muher pecado/Embrujada" (producción brasileña. En Argentina se estrenó en 1976)
Frenesí sexual junto a las Cataratas del Iguazú. La mujer india de un industrial maderero (Sarli) sueña con un demonio fornicador que la obliga a hacerse puta y a perder la cabeza. Brujería anormal, máscaras demenciales y montaje asociativo de imágenes y sonidos. Experimental o chiripitifláutica. No sé.

1970 "Fiebre" (En España: "Fiebre sexual", estrenada en 1979. En Argentina se estrenó en 1972)
La viuda de un ricachón impotente (Sarli) rememora sus amoríos con un fornido leñador y acaba enamorándose de un caballo de carreras. Sobreimpresiones intuitivas, sexo equino explícito, planos-contraplanos marcianos, pajas superlativas y escenas oníricas indescriptibles. Basada en una historia real.

1971 "Intimidades de una cualquiera" (En Argentina se estrenó en 1974)

1972 "Furia infernal"
Una stripper (Sarli) es secuestrada por un terrateniente sin escrúpulos. Uno de sus hijos la viola; el otro es torturado y abandonado en la nieve. Todos los machos de la región enloquecen de deseo. La película más violenta y descerebrada de Bo con Sarli. Una especie de western pampero.

1973 "El sexo y el amor"
1976 "Una mariposa en la noche"
1977 "Insaciable" (En Argentina se estrenó después de la muerte de Bo)
1978 "El último amor en Tierra del Fuego"
1980 "Una viuda descocada"


LOS ARCHIVOS SECRETOS DEL SEÑOR BO

El primer gran triunfo de Bo como productor fue "Pelota de trapo". Para muchos argentinos, es una película de culto imperecedero. Narra la historia de un joven humilde que se convierte en futbolista famoso. El Instituto de Cine argentino casi prohibió su exhibición por el realismo de los diálogos.

Bo se las daba de inculto. Aseguraba que no leía libros y que apenas hablaba inglés. Sin embargo, produjo las primeras películas de Leopoldo Torre Nilsson. Por ejemplo: "Días de odio", basada en el cuento "Emma Zunz", que el propio Jorge Luis Borges adaptó al cine. También contó con el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos como guionista de sus dos primeras películas con Sarli: "El trueno entre las hojas" y "Sabaleros".

Bo se ponía muy nervioso rodando. Nunca se sentaba en la silla del director. Gritaba, pataleaba y trataba de controlarlo todo al mismo tiempo. A los actores no les dejaba ensayar, para que no perdiesen la frescura de las primeras tomas. Durante el rodaje de "El trueno entre las hojas", hirió a un indio con una bala de fogueo y cubrió de miel el rostro de un actor antes de dejarlo a merced de miles de hormigas hambrientas.

Bo fue acusado de obscenidad más de una docena de veces por desnudar a la Sarli ante las cámaras. Le pusieron multas de todo tipo. Pasó muchas noches en la cárcel por escándalo público. Tras el estreno de "... Y el demonio creó a los hombres", las asociaciones en defensa de los derechos de los animales se le echaron encima por filmarse a sí mismo matando lobos a palos.

Uno de los mejores amigos de Bo fue el cantante paraguayo Luis Alberto del Paraná, que se hacía acompañar en escena por el Trío Los Paraguayos. Participó en las bandas sonoras de muchas de sus películas. En una ocasión, se hizo pasar por embajador de un país inexistente para sacar a Armando de la cárcel.

Bo y Evita trabajaron juntos en varias películas. La más importante fue "La cabalgata del circo", que puso punto y final a la carrera como actriz de la futura esposa de Perón.

Durante un viaje a Panamá, Bo descubrió que estaban explotando sus películas sin permiso. Se encaró con el distribuidor y fue amenazado de muerte. Un policía del aeropuerto le ayudó a regresar a Argentina sano y salvo. Años más tarde, ese mismo policía, convertido en Jefe de la Guardia Nacional, colaboró con Bo en "Desnuda en la arena". A las pocas semanas de finalizar el rodaje, este personaje dio un golpe de estado. Se trataba de Omar Torrijos.

Bo irrumpió en un plató televisivo con la intención de pegar a un crítico (Ferreira) que le estaba poniendo verde. Se equivocó de persona y le pegó a otro (Couselo) que no había abierto la boca. Estuvo pidiéndole disculpas durante años.

Victor Bo, hijo de Armando, nació el 8 de abril de 1943. Participó como actor en muchas películas suyas, incluídas "La mujer de mi padre" y "Carne". Se hizo muy popular en Argentina encarnando a uno de Los Superagentes en títulos como "La gran aventura" (1973), "La super, super aventura" (1974), "Los Superagentes contra todos" (1975), "La aventura explosiva" (1976), "Los Superagentes biónicos" (1977) y muchas más.

El hombre perseguido por un ovni en PL

El hombre perseguido por un ovni en PL

Reseña incluída en mi sección Cinefagia, publicada en el número de enero de 2008 de la revista Primera Línea:

"DVD CULT: El hombre perseguido por un ovni (L'Atelier 13). Esta película, abismo de la serie Z nacional, se rodó entre 1972 y 1975, con cuatro duros mal contados, a las bravas, en plan amiguetil y amateurista. Acabó estrenándose en 1977, en un puñado de salas de barrio. Los cinéfagos que la vieron entonces se cuentan con los dedos de una mano. El argumento gira en torno a un escritor de novelas baratas que sufre el acoso de unos extraterrestres que quieren secuestrarlo para experimentar con su cuerpo serrano. También hay mucho sexo simulado y algún efecto especial casero. Esta edición especial en dvd incluye comentarios del director, Juan Carlos Olaria, y un cortometraje titulado Encuentro inesperado. Una auténtica rareza trash."

actuación televisiva de pink lady ufo

Lean, lean

Lean, lean

Se me acumulan los comunicados. El viernes pasado, 21 de diciembre, en el suplemento Metrópoli del diario El mundo, publiqué un artículo sobre La búsqueda: el diario secreto, de Jon Turteltaub, y hoy, viernes 28, en la misma publicación, uno sobre American Ganster, de Ridley Scott. También el viernes 21, en la edición Weekend del adn, publiqué una columna sobre los trailers de películas del 2008 que más me han llamado la atención, y hoy, una sobre el cine que más me ha gustado en el 2007.

foto: kathleen burke, en el papel de lotha, la mujer pantera, con richard arlen, el protagonista de island of lost souls (la isla de las almas perdidas, 1932), de erle c. kenton

actuación televisiva de carl douglas dance the kung fu

Hammerettes en Fotogramas

Hammerettes en Fotogramas

En el nº 1.970 de la revista Fotogramas, fechado en el mes de diciembre de 2007, publico un amplio artículo sobre el rodaje de la película The Hitman, de Xavier Gens. Dentro de 30 días, más o menos, colgaré aquí una versión aumentada de este mismo artículo. Por otra parte, en mi sección Leer, comento varias novedades librescas relacionadas con el cine. Ahí va un ejemplo:

"Javier Memba escribe libros sobre cine fantástico y de terror con alegre afán divulgativo. En La Hammer. Su historia, sus películas, sus mitos (T&B Editores, 272 págs., 18 euros), nos lo cuenta todo o casi todo sobre la ya legendaria productora británica que resucitó y adulteró a los monstruos clásicos, allá por los años sesenta y setenta, convirtiéndolos en iconos neogóticos a todo color. Memba comienza su ensayo con un resonante endecasílabo, describiendo a la Hammer como el estudio del que 'con tanto tino manó tanta sangre', y nos recuerda que los fundadores de la empresa fueron dos españoles emigrados a Londres a principios del siglo pasado. A partir de ahí, disfruta rememorando argumentos chiripitifláuticos y vampirettes exuberantes."

videoclip de The Sugars Monsters

La pared maravillosa

La pared maravillosa

Festival de clicks. Frunobulax me pregunta por una película que vio en Cinemad hace muchos años. Se trata de Wonderwall, primer largo dirigido por Joe Massot, presentado en el Festival de Cannes de 1968. Cuenta la relación psicodélica entre un científico loco, interpretado por Jack MacGowran (el viejuno de El baile de los vampiros), con una preciosa modelo pop llamada Penny Lane, encarnada en pantalla por mi adorada Jane Birkin. La chica vive en la casa de al lado del profesor, junto a un fotógrafo moderniqui (Iain Quarrier, futuro productor de Sympathy for the Devil, de Jean-Luc Godard). El profesor espía a la modelo a través de un agujero en la pared. Poco a poco, va perdiendo la cabeza y confundiendo la ficción con la realidad. En el reparto también figuran Irene Handl, Richard Wattis Anita Pallenberg, la supergroupie de los Rolling Stones. La banda sonora original está compuesta e interpretada por George Harrison, el guitarrista de los Beatles. Massot, que murió en 2002, también fue uno de los responsables (junto a Peter Clifton) de The Song Remains the Same (1976), el legendario concierto filmado de Led Zeppelin. ¿Que si la canción Wonderwall, de Oasis, está inspirada por esta película y por la música compuesta por Harrison? Yo creo que está claro que sí.

Aprovecho para informar que hoy, en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo, publico un artículo sobre la película Redacted, de Brian De Palma, y en la edición Weekend de adn publico una columna sobre libros de cine malos remalos.

Pequeño cine negro en Manresa

Pequeño cine negro en Manresa

Tengo el placer de formar parte del Jurado Oficial de la Sección de Cortometrajes de la IX edición del Fecinema (Festival Internacional de Cinèma Negre de Manresa), que se celebrará del 14 al 18 de noviembre 2007. En este Jurado también estarán Joan Ferrer, Carles Muñoz, Jordi figueras y Lola Mayo. Ya les contaré.

actuación televisiva de West & Byrd (ex Comateens) Stay With Me

Llega Cinemad 2007

Llega Cinemad 2007

Curioso: no es por echarme flores, pero llevo 14 años, 14, seleccionando películas para Cinemad, la Semana de Cine Independiente y de Culto de Madrid, un invento que nos sacamos de la manga Santi Camuñas y yo allá por 1994, como una actividad más integrada dentro del primer Festimad celebrado en la Sala Revolver. Con el tiempo, Festimad crecería por su cuenta hasta convertirse en un macrofestival musical. Cinemad, en cambio, siguió siendo un pequeño capricho. Una excusa para exhibir películas raras y cortometrajes chiripitifláuticos. Muchos de ellos realizados por mis propios amigos: Alex de la Iglesia, Santiago Segura, Jaume Balagueró, J.A. Bayona, Pablo Berger, Nacho Vigalondo, Santiago Lorenzo, Koldo Serra, Borja Crespo, Pedro Temboury, Ben Gordon, Manuel Romo, Diego Abad, etc, etc... El caso es que Santi y yo llevamos 14 años comiéndonos el coco para mantener en pie (de guerra) Cinemad. Y lo hemos conseguido. ¡Vaya si lo hemos conseguido! ¡Más de una década dando la lata con programaciones adelantadas a su tiempo y entregando premios en metálico a los cineastas y videoclippers del futuro nos avalan!

Este año, del 16 al 25 de noviembre, en varios puntos de la capital, ofreceremos un menú especial para cinéfagos repleto de nombres propios a tener en cuenta: Kiyoshi Kurosawa, Alejandro Jodorowsky, Christina Lindberg, Los Cronocrímenes, Andy Warhol, Kamikaze Girls, terrores mexicanos, Innocence, éxitos de Bollywood, cortos y clips de J.A. Bayona, Destricted, Ramones, KISS, monstruos femeninos... y cientos de cortos, videoclips y piezas de animación. Todo gratis. Infórmense aquí y disfruten. 

videoclip de My Ruin Terror

spot cortinilla Cinemad'07

El mejor (y peor) cine de nuestras vidas

El mejor (y peor) cine de nuestras vidas

Hoy, viernes 2 de noviembre de 2007, en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo, publico un artículo sobre El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, de Andrew Dominik. Y en la edición Weekend del diario adn, publico una columna sobre lo difícil que resulta distinguir las buenas películas de las malas. La versión publicada del texto es más corta que la original, por eso he decidido reproducirlo aquí completo.

"Cada vez me cuesta más distinguir entre una buena película y una mala. Es más, últimamente, todas las buenas me acaban pareciendo menos interesantes que las malas. No sé qué hacer. Veo una joya como Promesas del este, de David Cronenberg, repleta de momentazos de violencia visceral y metafísica mafiosa, y acabo comparándola con una tv-movie de sobremesa de domingo. Imagino a Viggo Mortensen pronunciando ‘Alatrishte’ y a Naomi Watson bailando claqué en King Kong y se me caen los huevos al suelo. En cambio, me meto un programa doble de centro comercial y acabo soñando con que Melissa George se lo monta conmigo en un orfanato encantado. Hagan la prueba: el buen cine es lo más parodiable que existe. No cuesta nada reducirlo a un puñetero chiste. En cambio, el malo, no permite burlas ni ironías finas, porque ya de por sí es lo bastante ridículo. Una de mis películas favoritas de todos los tiempos es Los paraguas de Cherburgo, de Jacques Demy: un musical consciente de serlo, la cumbre kitsch de la nouvelle vague, y también, una horterada lacrimógena para solteronas y mariquitas. En fin, que al final, lo importante no son las películas, sino los espectadores. Un buen espectador es el que disfruta comparando Volver, de Almodóvar, con Me debes un muerto, la de Manolo Escobar. Un espectador malo es aquel que, dentro de 25 años, seguirá opinando que El sueño de Casandra es un Woody Allen del montón y Blade Runner una obra maestra indiscutible. ¡Qué aburrimiento!"

en la foto, la pimpante Melissa George en Dark City (1998), de Alex Proyas

canción de Vive la Fête Touche pas

Horreur!

Horreur!

José Manuel Serrano Cueto, autor de Horrormanía. Enciclopedia de cine de terror (Alberto Santos Editor. Colección Nekrocine. 480 págs. 26,50 euros), es un auténtico fan fatal del cine fantástico. No sólo ve películas del género compulsivamente, sino que acude a certámenes especializados e incluso se disfraza de monstruo cada Noche de Halloween. Esta enciclopedia de letra minúscula contiene más de 2.500 referencias sobre temas relacionados con el terror en celuloide. Las más interesantes son las dedicadas a fanzines y críticos. Un ejemplo curioso: el texto acerca de ‘Aguilar, Carlos’ ocupa más espacio que el de ‘Depp, Johnny’.

texto extraído de mi sección Leer (revista Fotogramas / noviembre 2007)

arriba, cartelito de Night Caller From Outer Space (John Gilling, 1965)

videoclip sangriento de Cansei de Ser Sexy Alala

Emanuelle con una sola m

Emanuelle con una sola m

Gracias al éxito internacional obtenido con Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974) y su continuación, Emmanuelle II, la antivirgen (Francis Giacobetti, 1975), la modelo y actriz holandesa Sylvia Kristel se convirtió de la noche a la mañana en un sex symbol a imitar. Uno de sus clones de serie Z más divertidos fue Laura Gemser, una delgadísima balinesa descubierta para el cine por el futuro director de porno italiano Joe D’Amato. Con el sobrenombre de Emanuelle (con una sola ‘m’), Gemser protagonizó una veintena de largometrajes de temática sexual y ambientación exótica. Tres de ellos han sido remasterizados digitalmente y reunidos en una edición especial para coleccionistas. Black Emanuelle’s Box, Vol. 1, comercializado por el sello estadounidense Severin Films, contiene las películas Emanuelle negra se va al Oriente (Joe D’Amato, 1976), Emanuelle alrededor del mundo (Joe D’Amato, 1977) y Sor Emanuelle (Giuseppe Vari, 1978), más un cd con las bandas sonoras originales compuestas e interpretadas por Nico Fidenco. A la venta en FREAKS (Ali-Bei 10, Barcelona. T.: 932329864).

texto extraído de mi sección Cinefagia (revista Primera Línea / noviembre 2007)

actuación televisiva de Nico Fidenco Legato ad un granello di sabbia

Murakami imaginario en Fotogramas

Murakami imaginario en Fotogramas

Este es uno de los textos incluídos en mi sección Leer de la revista Fotogramas (nº 1.967. Septiembre 2007): "NOS GUSTARÍA VER EN PANTALLA... TOKIO BLUES. NORVEGIAN WOOD (TUSQUETS). La novela más popular del escritor japonés Haruki Murakami podría muy bien convertirse en una estupenda comedia romántica ambientada en el turbulento San Francisco de los años sesenta. En el papel del estudiante Toru, nos imaginamos a Shia LaBeouf (lo veremos pronto encarnando al hijo de Indiana Jones). Las dos chicas que le estrujan el corazón podrían ser la esquinada Evan Rachel Wood, en el papel de la loca Naoko, y la eterea Imogen Poots (vista en 28 semanas después), interpretando a la encantadora pornófila Midori. ¿El director? Wong Kar-Wai sería perfecto."

en la foto, Imogen Poots
canción de The Veils Lavinia

y mi artículo sobre La carta esférica, de Imanol Uribe, publicado hoy en el suplemento Metrópoli del diario El Mundo

Los terrores favoritos de Desirée en Fotogramas

Los terrores favoritos de Desirée en Fotogramas

¿Cuáles son las 100 películas de miedo más representativas de las últimas cuatro décadas? ¿Y las 30 personalidades más destacadas del género? Mi deliciosa amiga Desirée de Fez responde a estas (y a otras muchas) preguntas en Películas clave del cine de terror moderno (Ma Non Troppo. 272 págs. 21,95 euros). De La noche de los muertos vivientes a Wolf Creek y de Dario Argento a Rob Zombie, la autora disecciona con arrebatadora candidez títulos legendarios como El exorcista o Posesión infernal, espolvoreando su prosa con genuínos chispazos de irresistible inspiración morbosa. Un ejemplo, incluido en el texto sobre No profanar el sueño de los muertos: “Los muertos vivientes de esta cult movie engullen a sus víctimas con sosiego”. Con sosiego. Mmm.

texto extraído de mi sección Leer, revista Fotogramas, nº 1.966, agosto 2007 /// canción de Alaska + Dinarama

Myra Breckinridge en PL

Myra Breckinridge en PL

Este es uno de los textos que publico en la sección Cinefagia de Primera Línea (nº 265, mes de Mayo de 2007). Para leer el resto, como siempre, tendréis que hojear la revista.

"CULTO: MYRA BRECKINRIDGE. Película producida por 20th Century Fox en 1970, al mismo tiempo que la también chiripitifláutica y sexidespendolada “Mas allá del valle de las muñecas”, de Russ Meyer. Fue también clasificada X y masacrada por la crítica, aunque, a diferencia de la de Meyer, “Myra Breckinridge” ni siquiera gustó al público. La dirigió Michael Sarne, un realizador que acabó siendo odiado por medio Hollywood. Las protagonistas son Rachel Welch y una momificada Mae West. Es un musical disparatado sobre cambio de sexo, con escenas oníricas, mamadas y sodomías, basado en una novela de Gore Vidal. El crítico de cine Rex Reed encarna a un tipo que viaja a Europa para convertirse en mujer. Cuando regresa a Hollywood, tiene el cuerpo de Rachel Welch. El cineasta John Huston hace de vieja gloria del western. Hay insertos de viejos films y de pruebas nucleares en el desierto. No se entiende casi nada. Muchos cinéfagos lo consideran uno de los disparates cinematográficos más simpáticos de los años 70. De venta en FREAKS (Ali-Bei 10, Barcelona. T: 93 265 80 05)."

El terrol

El terrol

Hay dos maneras de ver una película de terror española de los años 70. Una es tronchándose de risa; la otra, tomándosela completamente en serio. Ninguna de las dos es aconsejable, aunque Jacinto Molina / Paul Naschy prefiera, sin duda, la segunda. Al fin y al cabo, él es el único actor / guionista / realizador español que se ha tomado la molestia de construirse una filmografía fantaterrorífica a prueba de completistas pirados. No nos olvidemos de que el Hombre-Lobo europeo más famoso del mundo mundial también se ha metido en la piel de Drácula, la Momia, el Dr. Jekyll, el Monstruo de Frankenstein y otros muchos personajes clásicos y menos clásicos, como el brujo resucitado Alaric de Marnac, el inquisidor Bernard de Fossey y el jorobado Gotho, en títulos de culto como La marca del hombre lobo (1968), La noche de Walpurgis (1970), El gran amor del conde Drácula (1972), El jorobado de la morgue (1972), El espanto surge de la tumba (1972) e Inquisición (1976). Él solito representa a más del 50 % del cine de terror español de todos los tiempos. Ahí es nada. Además, y esto es lo más importante, sus películas funcionan. ¿Cómo? De muchas maneras. Primero, son piezas de coleccionista: tienen un look de co-producción setentera canalla que encandila. Segundo: mezclan terror y erotismo con una ingenuidad pasmosa, sin prescindir de toquecitos gore y morbosidades varias. Tercero: los bajos presupuestos están disimulados con imaginación, fogonazos de color e improvisaciones formales que rozan lo experimental. Cuarto: están concebidas con mimo, respeto y sabiduría de serie B. Quinto, y esto sí que duele: ya no se hacen.

Texto publicado en la versión impresa del fanzine Chicas en biquini buscando a Norman Bates, en el ejemplar distribuido con ocasión del pase en la sala Sidecar de la película Inquisición, el miércoles 14 de junio de 2000, a las 23:00 horas, dentro del ciclo de cine freak y chiripitifláutico Cinefagia.

El erótico enmascarado

El erótico enmascarado

Hay títulos que enganchan de por vida y carteles que le ponen a uno el cerebro del revés. Con El erótico enmascarado pasa eso y mucho más. No me imagino a ningún colega guiri sacándole provecho a un visionado académico de esta película. Lo de Jess Franco y Paul Naschy resulta fácil de asimilar comparado con semejante explosión de psicotronía autóctona descontrolada. ¡Fernando Esteso! ¡Mariano Ozores! ¡Antonio Ozores! ¡Azucena Hernández! ¡Africa Pratt! ¿Cómo le explicas a un experto en Terence Fisher o Mario Bava lo que significan estos nombres para nosotros? ¡Que se jodan!

El erótico enmascarado pertenece a un infragénero español casi desaparecido: el de la comedia casposa, barata, oportunista, populachera y con destape. Por su fecha de fabricación, podemos relacionarla con Superman II, la teleserie El gran héroe americano y diversos temas políticos de moda en 1980, como los frecuentes cambios de gobierno y la ley del divorcio. Su protagonista es un profesor universitario de Ciencias Políticas con suerte. Va a ser nombrado ministro y está a punto de casarse con la hija de un importante senador. La vida le sonríe, pero hay algo que no le deja dormir. Sólo su psiquiatra está al tanto del drama. A pesar de sentirse sexualmente atraído por todas las mujeres desnudas que se le ponen a tiro, el profesor no consigue empalmarse. Y eso que, en su juventud, rodó un montón de películas porno clandestinas, disfrazado de superhéroe y haciendo ostentación de un enorme miembro viril. El origen de su mal es una fuerte descarga eléctrica. Desde que la recibió, nada le funciona adecuadamente.

Esteso da vida a este pobre infeliz con una naturalidad extraterrestre. Su interpretación mezcla despiste, sensibilidad, mariconeo y ocurrencia grosera. Toda la película se la pasa yendo de aquí para allá, de una maciza a otra, tocando culos y poniendo cara de sofoco crónico. Desgraciadamente, la anécdota de su pasado clasificado X se queda en eso, en anécdota. Sólo sale unos minutos ataviado con el disfraz de eurohéroe trempado, en un flashback absurdo, destrozando decorados y magullando a la actriz que se le ha colocado debajo. Muy poco, teniendo en cuenta la pinta que tiene el tío embutido en mallas de colores, con capita a la espalda y antifaz apretado al cráneo: ¡inolvidable!

 

El erótico enmascarado. Director: Mariano Ozores. Productora: José Frade Producciones Cinematográficas. Intérpretes: Fernando Esteso, Africa Pratt, Antonio Ozores, Azucena Hernández, María Salerno. España. 1980.

Texto publicado en el número 29 del fanzine 2000maniacos, fechado en el invierno de 2004.

Baba Yaga

Baba Yaga

El arquitecto italiano reconvertido en ilustrador y dibujante Guido Crepax, fallecido este mismo año, marcó toda una época con sus cómics psicomotorizados y cinemáticos, cargados de sensualidad y onirismo. Su criatura de ficción más popular es Valentina, una chica esbelta con un culo perfecto y peinado a lo Louise Brooks, fotógrafa de modas y soñadora intrépida, especie de perversión intelectualoide e izquierdista de Barbarella.

Crepax creó a Valentina en 1965, en el segundo número de la revista Linus. Uno de los primeros seguidores entusiastas que tuvo el personaje, antes incluso de que éste se convirtiera en referencia tendenciosa de la escena pop-art europea, fue Corrado Farina. En esos años, este milanés se ganaba la vida como documentalista televisivo y publicista de éxito, además de escribir, oculto tras el pseudónimo de Victor Newman, los guiones de Selene, la ragazza delle stelle, fumetto de ciencia ficción protagonizado por una aventurera galáctica idéntica a Brigitte Bardot.

La carrera como director de Farina se reduce a dos largometrajes. El primero, Hanno cambiato faccia, era un curioso combinado de política, vampiros y serie negra futurista (ganó el gran premio del Festival de Locarno en 1971); el segundo y último, realizado dos años después, es este Baba Yaga, adaptación oficial de una historieta de Valentina.

 

Con el beneplácito de Crepax, que no quiso involucrarse en la fabricación de la versión cinematográfica de su invento de papel, Farina trató de trasladar a la gran pantalla las peculiaridades estilísticas del cómic, en un complicado ejercicio de metalenguaje. No lo consiguió del todo, pero se acercó bastante. Junto a Diabolik y algunos divertimentos pop de Jess Franco, Baba Yaga debería figurar en el reducido grupo de los buenos filmes basados en cómics.

 

La película narra el encuentro fatal entre la fotógrafa de modas Valentina Rosselli y una misteriosa aristócrata que responde al nombre de Baba Yaga. Esta mujer resulta ser una hechicera lesbiana que enreda a la protagonista en un juego de seducción sadomasoquista. Entre otras cosas, varias modelos son atacadas por una cámara embrujada y una muñeca que cobra vida.

 

Para interpretar a los personajes principales Farina no pudo contar con las actrices que él consideraba más adecuadas: Elsa Martinelli (o una jovencísima Charlotte Rampling) en el papel de Valentina, e Ingrid Thulin (o la cantante Ornella Vanoni) en el de Baba Yaga. Tuvo que conformarse con la francesa Isabelle De Funès y la norteamericana Anne Heywood. Días antes de comenzar a rodar, esta última decidió romper el contrato y apuntarse a otro proyecto. Carroll Baker, demasiado carnal para el papel, fue su sustituta de urgencia. Tampoco Isabelle De Funès cumplió las expectativas. Había sido elegida por su parecido fotográfico con el personaje del cómic, pero, al natural, no tenía nada que ver con él. El maquillaje, las pelucas, el vestuario, la iluminación y los encuadres de cámara solucionaron la papeleta.

 

Tampoco el montaje definitivo del filme es el deseado por el director. El primero duraba cerca de 110 minutos. El productor lo acortó a 90. Farina denunció públicamente la guarrada y lo remontó todo con el material sobrante, muy estropeado por el recorta-y-pega previo. La versión definitiva, que además sufrió dos cortes de censura, sólo alcanza los 83 minutos. Faltan secuencias oniricas, un par de desnudos integrales y una delirante fiesta hippie en un cementerio, animada por el cantautor Franco Battiato disfrazado de santón fumeta.

 

Lo mejor de Baba Yaga es su atmósfera, irreal y viciosa, con toques progres muy setenteros (acentuados por la pegajosa música psicolounge de Piero Umiliani). Hay hallazgos de planificación tremendamente interesantes. La escena de sexo entre Valentina y su novio (George Eastman, ocho años antes de comerse un feto crudo en Gomia, terror en el mar Egeo) está resuelta con imágenes fijas en blanco y negro que imitan viñetas de cómic. Las sesiones fotográficas poseen un ritmo interno muy particular. Abundan los primeros planos, los flashes, las interferencias y las analogías visuales entre objetos dispares. Carroll Baker se cree su personaje y le saca mucho partido. Isabelle de Funès no molesta. La exuberante Ely Galleani, ataviada con un modelazo fetish que no le tapa nada de nada, pone la nota psicotrónica al conjunto, encarnando, con mucho descaro, a la Muñeca Asesina. Farina sale disfrazado de policía, oficial nazi y general prusiano. En resumidas cuentas, a esta película le sobra combustible cultista. Puede arder en nuestros crematorios cinéfagos durante décadas.

 

Un parrafito más para informar sobre la edición en DVD (zona 0, ntsc) que se puso a la venta hace unos meses (y que me ha servido para escribir esta pizpireta reseña). Es impecable. Blue Underground, la empresa de William Lustig, sigue sin defraudarnos. Buena copia, bonitos colores y extraordinarios extras. A saber: escenas cortadas y censuradas, entrevista larga con el director, pieza televisiva sobre Crepax (realizada por el propio Farina en los 70), trailer, galería gráfica y dvd-rom cinecomiquero. La peli está doblada al inglés y no hay opción italiana ni subtítulos en otras lenguas civilizadas. El último apunte: existe al menos una edición española en vídeo (Videotechnics), bastante difícil de encontrar a estas alturas de milenio.

 

Baba Yaga. Italia-Francia. 1973. Director: Corrado Farina. Productoras: 14 Luglio Cinematografica (Roma) y Les Productions Simone Allouche (París). Guión: Corrado Farina, según el cómic de Guido Crepax. Fotografía: Ajace Parolin. Música: Piero Umiliani. Montaje: Giulio Berruti. Intérpretes: Carrol Baker (Baba Yaga), George Eastman (Arno), Isabelle De Funès (Valentina), Ely Galleani (Muñeca asesina), Angela Covelo (Amiga modelo).  

 

Texto publicado en el número 29 del fanzine 2000maniacos, fechado en el invierno de 2004.

Alucarda

Alucarda

Al principio de su carrera, Juan López Moctezuma (México, 1932-1995) coqueteó con el Grupo Pánico, colaborando con Alejandro Jodorowsky en "Fando y Lis" (1967) y "El Topo" (1971). En México, su nombre sigue estando hoy íntimamente ligado al teatro, la radio y la televisión. Fue, al parecer, uno de los más serios impulsores de la escena jazzística de su país gracias al programa radiofónico "Panorama de jazz". Entre sus amigos y colaboradores más íntimos, cabe mencionar a la musa surrealista Leonora Carrington, quien se encargó de diseñar los decorados de su primer largometraje: "La mansión de la locura" (1972).

Moctezuma realizó pocas películas para la pantalla grande, todas en inglés y todas de terror, sin obtener ningún éxito de taquilla. Alguna vez, en otros textos y bajo el influjo de otras sustancias, me he atrevido a compararlo con Chicho Ibáñez Serrador. Al fin y al cabo, ambos triunfaron en el terreno resbaladizo de lo catódico y se desmarcaron del grueso de sus compañeros de generación con filmes muy personales, muy ambiciosos y muy de culto. "Alucarda" (1975) es el más fascinante de todos ellos. En él se combinan, compulsiva e inconteniblemente, catolicismo radical, vampirismo lésbico, voyeurismo machista, interiorismo barroco, surrealismo latino, pleitesías sadianas y efectos de grand guignol: siete de los cócteles temáticos que más burrete me ponen. 

"Alucarda" describe las desventuras sexuales e irreverentes de Justine (Susana Kamini), una huerfanita pelirroja que se refugia en un convento de monjas enloquecidas. Inducida por su compañera de cuarto, la morenaza Alucarda (Tina Romero), hija de una endemoniada, y por un gitano jorobado con barba de chivo (Claudio Brook), Justine se siente enseguida atraída por el satanismo nudista y los aquelarres clandestinos. De la noche a la mañana, las dos adolescentes consiguen revolucionar el gallinero eclesiástico con sus blasfemias y actos contranatura. Sacerdotes y hermanas en Cristo hacen lo que pueden por sofocar este repentino estallido de perversidad hormonal consultando pasajes oscuros de la Biblia: mientras unos se fustigan las carnes, las otras ejecutan un exorcismo sangriento. En el tramo final de la película, Moctezuma pasa del Reino de la Luz a la República de la Oscuridad mezclando intimidades de colegio de señoritas, relecturas hardcore de "Carmilla" y cierta nostalgia de la Hammer.

Lo mejor de "Alucarda", además del título reversible, es el impacto audiovisual que poseen muchas de sus imágenes. Decorados y vestuario comparten una misma inspiración alucinada: las monjas van cubiertas de la cabeza a los pies con vendajes y gasas blancos, manchados de sangre a la altura de la entrepierna, y la iglesia donde transcurre gran parte de la acción está atiborrada de Cristos, exvotos y velas. Los desnudos de las jóvenes protagonistas son igual de retorcidos: Tina Romero curva su cuerpo hacia atrás como una auténtica poseída, y Susana Kamini, en la escena más perturbadora de la historia del cine anormal, surge de un ataud lleno de sangre profiriendo alaridos de ultratumba. Erotismo o histeria: esa es la cuestión.

Alucarda, la hija de las tinieblas / Alucarda, the Daughter of Darkness / Sisters of Satan. Dir: Juan L. Moctezuma. Prod: Max Guefen y Eduardo Moreno. Int: Claudio Brook, David Silva, Tina Romero, Susana Kamini y Adriana Roel. México-EEUU. Films 75-Yuma Films. Color. 1975.

(Aviso para maníacos: la edición en DVD de "Alucarda" que acaba de sacar a la venta el sello Mondo Macabro (www.mondomacabro.co.uk) es magnífica. Se trata de una versión en inglés de 74 minutos de duración, con colores intensos y abundantes extras (un divertido documental sobre cine fantástico mexicano, una biografía / filmografía / entrevista escrita con el director y una galería fotográfica que incluye distintos carteles).

Texto publicado en el número 26 del fanzine 2000maniacos, fechado en el invierno de 2002.

Diabolik y Eva Kant se citan en Dinocittà

Diabolik y Eva Kant se citan en Dinocittà

Cine y cómic llevan dándose por culo más de cien años. En la mayoría de los casos, cada vez que abusan el uno del otro, a los cinéfagos nos salpica la mierda. Parece  mentira que lenguajes expresivos tan similares se entiendan tan poco. ¡Paradojas del arte moderno! A pesar de esta lamentable circunstancia, existen películas de tebeo y tebeos de película literalmente fascinantes. Diabolik, de Mario Bava, forma parte del primero de estos dos selectos grupos complementarios. Tres décadas y media después de estrenarse, ocupa un lugar de privilegio en la historia del cine europeo de serie B. Es más: su motorcito 'cult' ronronea ahora mejor que nunca. Por algo será.  

LA FORMULA SECRETA. En un texto mío fechado en 1985, publicado en el número 4 del fanzine Serie-B, confesé algunas de las razones por las cuales adoro Diabolik. Entre otros detalles sin importancia, mencioné el hecho de que mi hermana pequeña, Eva, solía llevar siendo niña unos calcetines estampados con la imagen del personaje protagonista del tebeo que sirvió de inspiración a la película. La anécdota le hizo gracia a uno de mis lectores adolescentes, Manolín Valencia, y por eso estoy ahora escribiendo este artículo para él.  La principal virtud de Diabolik, según los expertos, es lo mucho que recuerda a un cómic. Mario Bava consiguió este efecto utilizando media docena de sencillos trucos de artesano curtido en mil batallas: planos inclinados, juegos ópticos, secuencias encadenadas, virados en color, montaje picadito y demás pirotecnia cinemática. Un ejemplo a nivel narrativo (de ésos que excitan a las ratas de filmoteca): el guión está dividido en tres capítulos que se engarzan entre sí como en una historieta por entregas; sólo falta el "continuará" al final de cada uno de ellos.  A mí me llama más la atención la pasmosa naturalidad con la que se combinan, en los mejores momentos de la película, ciertas peculiaridades tebeísticas y cinematográficas. Viendo Diabolik, uno tiene la impresión de que sus muchos aciertos metalingüísticos son fruto de la intuición. Aquí no existe un complejo planteamento teórico previo a la puesta en escena, sino una felicísima conjunción de casualidades con fecha de caducidad. Bava, atento a las tendencias de moda a mediados de los 60, reinventó el cómic a través del cine de serie B. Sin complejos, sin referencias, sin ideas preconcebidas: derrochando espíritu juvenil y mala leche. Esta desprejuiciada actitud suya es la que ha perdurado en el tiempo, por encima de anécdotas, cifras, datos, informes y reinterpretaciones críticas. 

VIÑETAS MALAS REMALAS. Los expertos en cultura de masas aseguran que Diabolik fue el primer 'fumetto' de género 'giallo' para adultos que se editó en Italia, inaugurando un filón que tuvo mucha aceptación popular en diversos países europeos, incluido España, hasta bien entrados los 80. Los italianos llaman 'fumetti' (plural de 'fumetto') a los tebeos; los 'fumetti per adulti' son, por tanto, tebeos para adultos. El éxito de Diabolik, cuya primera aventura gráfica se puso a la venta en noviembre de 1962, propició la aparición de otros títulos más o menos clónicos, como Kriminal, Satanik, Sadik, Jnfernal y un larguísimo etcétera, protagonizados por antihéroes enmascarados y excéntricos, obsesionados por la violencia y el sexo. Las hermanas Angela y Luciana Giussani, con la colaboración de docenas de dibujantes intercambiables, crearon a Diabolik inspirándose en personajes clásicos de la literatura de misterio como Fantômas y Arsène Lupin. Les salió una mala copia de El Hombre Enmascarado con toques de James Bond, pero en versión negativa y asexuada. A pesar de moverse en un entorno de fotonovela barata, Diabolik es un sofisticado ladrón de guante blanco que actúa disfrazado de pantera negra. Cruel e imprevisible, cambia de aspecto con facilidad y no tiene escrúpulos a la hora de matar. Su compañera sentimental, la bellísima Eva Kant, comparte con él guarida secreta y aficiones delictivas (a pesar de dormir en camas separadas). El archienemigo de la pareja es el inspector Ginko, un policía metódico y algo místico.  Teniendo en cuenta su fecha de fabricación, algunos afirman que Diabolik es un genuino producto de la década de los 60. Representa al típico rebelde que no acepta las reglas de la sociedad y se enfrenta al sistema. Si sus cómics no fuesen tan aburridos, carcas y repelentes, yo también opinaría lo mismo. Por fortuna, la versión cinematográfica del personaje es bastante más frívola que la del infumable 'fumetto'. 

OPERAZIONE: DIABOLIK. A mediados de los años 60, los culturistas con falda fueron sustituidos por espías con licencia para matar en las preferencias de los adictos al cine comercial. El peplum entró en decadencia y se pusieron de moda las películas de agentes secretos. James Bond tuvo la culpa. Paralelamente, a los intelectuales de izquierda les dio por predicar que el cómic era un arte de vanguardia, revolucionario y adulto: desde Robert Crumb a Valentina, pasando por los más infectos 'fumetti per adulti'. De la noche a la mañana, a todo el mundo le entraron ganas de ser moderno y leer tebeos. Aparecieron nuevas drogas, nuevas costumbres, nuevos ideales. Se erotizó el entorno y el pop-art sedujo a las masas. En este caldo de cultivo se gestó la versión cinematográfica de Diabolik. El primer proyecto serio relacionado con trasladar a la gran pantalla el popular 'fumetto per adulti' de las hermanas Giussani data de 1966. El productor Antonio Cervi contrató a Seth Holt como director de una hipotética película cuyo rodaje debería haberse realizado en Nueva York, Los Angeles, México D.F., Roma y Malága. También presentó en público a los posibles protagonistas: Jean Sorel en el papel de Diabolik, Elsa Martinelli en el de Eva, y Marilù Tolò (¡teñida de rubia!) en el de villana. De todo aquello no se conserva más que una sesión fotográfica. Aprovechando el fracaso de Cervi, entra en escena Dino De Laurentiis. El excéntrico magnate está convencido de que puede ganar mucho dinero apuntándose a la moda ésa del cómic para adultos. Como a chuleta no le gana nadie, pone en marcha dos proyectos similares al mismo tiempo. Diabolik se rodará en primer lugar y contará con un presupuesto ajustado, un realizador eficaz y un reparto nada pretencioso. El interés generado por esta adaptación servirá para ir creando un ambiente favorable al lanzamiento de la otra, mucho más ambiciosa: Barbarella, de Roger Vadim, basada en la 'bande dessinée' de Jean-Claude Forest, con Jane Fonda de protagonista. 

DINO ¿DÓNDE ESTÁ LA PASTA? De Laurentiis eligió a Mario Bava para que se hiciese cargo de Diabolik por una sola razón: tenía fama de hacer películas espectaculares con presupuestos miserables. Además, era un magnífico fotógrafo, un técnico de efectos especiales muy imaginativo y, detalle fundamental para un productor con ínfulas internacionales, acababa de dirigir a un reparto enteramente integrado por actores de habla inglesa —con Vincent Price al frente— en Doctor Goldfoot and the Girl Bombs (1966). A punto de cumplir 53 años, Bava aceptó el encargo atraído por la posibilidad de manejar, por fin, un presupuesto razonable. Enseguida se dio cuenta de lo que significaba estar a la sombra de De Laurentiis. Para empezar, se eliminaron del guión todos los detalles sádicos y sexuales que pudiesen relacionar a la película con los 'fumetti per adulti' (muy criticados por los sectores tradicionalistas de la sociedad italiana de entonces). También surgieron problemas con la elección de actores y con la financiación del proyecto. Según algunas fuentes, de los tres millones de dólares prometidos, el director sólo pudo disponer de 400.000. De hecho, en todas las entrevistas concedidas antes de fallecer, Bava recordaba el rodaje de Diabolik como "la peor experiencia profesional" de su carrera.  Diabolik se rodó entre abril y junio de 1967. Casi toda la filmación tuvo lugar en los estudios Dinocittà. Catherine Deneuve, elegida por De Laurentiis para encarnar a Eva Kant en contra de los deseos del director, fue despedida a los pocos días de iniciado el rodaje por no querer desnudarse. La sustituyó Marisa Mell, sex-symbol en ciernes. John Phillip Law se quedó con el papel protagonista después de llegar a un acuerdo económico en el que también se incluía su participación en Barbarella, interpretando a Pygar, el Ángel Ciego. La película se estrenó en Italia en enero de 1968. Los críticos la despedazaron. En Francia se estrenó, con el título de Danger: Diabolik, en abril de 1968. En los Estados Unidos, lo hizo en diciembre de ese mismo año. Gracias al apoyo de la escena gay, tuvo mucho éxito en San Francisco. 

UN, DOS, TRES... RÓBAME OTRA VEZ. El argumento de Diabolik se basa en tres episodios concretos de la serie original: Lotta disperata, L'ombra della notte y Sepolto vivo! El guión lo firman Bava y Dino Maiuri, con la colaboración de Adriano Baiacco, Brian Degas y Tudor Gates (autor de la famosa 'Trilogía Karstein' de la Hammer). Nada más empezar, Diabolik (John Phillip Law) roba un coche oficial con 10 millones de dólares dentro. Después de celebrarlo en compañía de su despampanante chica, la rubísima y mimosona Eva Kant (Marisa Mell), el muy cachondo boicotea una rueda de prensa del Ministro del Interior (Terry Thomas) lanzando gas de la risa. Obligado por sus superiores, el inspector Ginko (Michel Piccoli) tiende una emboscada a Diabolik en una fiesta de alto copete, atrayéndole con un collar de esmeraldas. El ladrón consigue apoderarse de la joya y escapar de la trampa.  Ginko decide entonces aliarse con el peligroso capo mafioso Valmont (Adolfo Celi, el malo de Operación Trueno) para acabar con su escurridizo enemigo. Valmont secuestra a Eva. Diabolik se enfada, libera a su compañera y acribilla al ganster antes de hacerse el muerto con ayuda de una droga rara. Resucita en la morgue, segundos antes de que le practiquen la autopsia. Su siguiente golpe es contra las delegaciones de Hacienda, provocando un caos administrativo que aumenta su popularidad entre los ciudadanos.  Desesperado, Ginko vuelve a tentarle con un gigantesco lingote de oro. Diabolik ejecuta un plan sofisticadísimo para robarlo, sin darse cuenta de que el botín está marcado. Mientras funde el lingote, la policía irrumpe en su Guarida Secreta. Se produce una explosión y Diabolik acaba recubierto de oro de la cabeza a los pies. Todos le dan por muerto. Todos, menos Eva, que visita a su amado con el permiso de Ginko. En el último plano de la película, Diabolik mira a cámara y guiña un ojo. ¡Está vivo! 

DEL PSICOPOP A LA PSICOTRONIA. El primer cuarto de hora de Diabolik es una gozada. Ritmo caprichoso, musiquilla chorra de Ennio Morricone, humor tonto, inventos imposibles, decorados de juguete, erotismo minimalista, secundarios pintorescos... ¡Todo está ahí! Bava saca partido hasta de las carencias materiales: combinando maquetas en miniatura, recortes pegados a un cristal, objetos diversos colocados en primer plano y accesorios futuristas robados de los decorados de Barbarella, se saca de la manga una Guarida Secreta digna del Doctor No (un poco más tarde, vuelve a utilizar el mismo artificio en una escena localizada en una discoteca plagada de freaks que fuman porros gigantes).  En este primer tramo de la trama también se desvela en todo su esplendor el magnético atractivo de los protagonistas: John Phillip Law y Marisa Mell. Es decir: Diabolik y Eva Kant. La perfecta pareja imperfecta. Según explicó el actor yanqui en una entrevista reciente, antes de empezar a rodar, Bava les hizo una advertencia: "No soy un buen realizador, pero soy un estupendo fotógrafo. Si colaboráis conmigo, prometo sacaros guapísimos". Dicho y hecho. John está filmado como si fuese una araña nerviosa. Delgado, alto, vicioso. La Mell es puro sexo en movimiento: cada vez que se cambia de modelito, sube la temperatura del entorno.  En la escena  más memorable de la película, que tiene lugar justo después de los créditos, Eva recibe a Diabolik en el interior de la Guarida Secreta. Integrados en un chiripitifláutico entorno high-tech, no necesitan hablar para ponerse a tono. Se miran, se tocan, se lamen. Ella lleva vestido corto y botas altas; él, máscara de cuero y guantes de látex. Después de darse una ducha rápida dentro de un curioso habitáculo de plástico transparente, la parejita folla sobre una inmensa cama giratoria adornada con cojines gigantes. En el clímax de la acción, una lluvia de billetes cubre sus cuerpos desnudos. ¿Alguien da más? 

POSTDATA POSTMODERNA. Manolín está mosca porque he sobrepasado la extensión límite de este texto y todavía no he mencionado a la actriz Annie Gorassini, que está increíble haciendo de amante-tonta-pero-sexy de Valmont. Ni siquiera me he acordado de Carlo Rambaldi, responsable de la máscara y el traje de látex de Diabolik, similares a los que después se utilizaron en Batman o Daredevil. Tampoco he dicho nada de Diabolix, (per)versión porno que dirigió Max Bellocchio en 1992, con Giancarlo Bini y Babette de protagonistas. Ya no me queda espacio ni para recomendar CQ, primer largometraje de Roman Coppola: enooorme homenaje al espíritu y la estética de esos dos monumentos al pop-art fetichista que son Diabolik y Barbarella. ¡Qué se le va a hacer! Si sigo escribiendo, no va a quedar espacio para las fotos.  

Texto publicado en el número 29 del fanzine 2000maniacos, fechado en el invierno de 2004.